Ellos no se "portan mal" porque les guste molestar a los padres. Cuando un bebé o niño tiene una pataleta, se comporta agresivo, inquieto, alterado, siempre hay una razón.
Algo lo perturba, y como es pequeño y su cerebro es inmaduro, no sabe cómo gestionar lo que le pasa.
Por tanto está sufriendo, lo está pasando mal y necesita más que nunca de nuestra comprensión, paciencia y amor incondicional...
Quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite.
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