sábado, 7 de marzo de 2015

La forma en que nos criaron será la manera en que criemos a nuestros hijos.

Este último tiempo he conocido muchas mujeres. Risueñas, divertidas, habladoras, lindas, femeninas. Con algunas nos hemos hecho más cercanas, hemos conversado bastante, amigas nuevas.

Hace algunos días una me preguntó "Dices "te amo?". Sí, le respondí. Muchas veces en el día, y mis hijos me devuelven los te amo con unos ricos besos.

"Yo no", me respondió. Encuentro que es ordinario, que es rasca decir Te amo.

Por un momento entramos en terreno profundo … No sé si se habrá dado cuenta, pero los ojos se me llenaron de lágrimas. Me dijo: "salgo mucho porque no quiero ser esclava de los tiempos de mis hijos. Siento que me estorban, que me molestan ... Hasta siento que no los quiero"... Bueno, esta es la verdad de algunas mujeres. Fuerte, pero es una realidad.

Pienso: ¿Por qué esclava? ¿Desde dónde se está criando a los hijos para hablar de esclavitud?. ¿Desde qué paradigma?. ¿Qué se piensa de la crianza para hablar de esclavitud?. ¿Qué hay detrás de esa esclavitud?. ¿Qué se piensa de los hijos, de los seres humanos?. ¿Qué pasa con los vínculos de dependencia?. ¿Cómo fue la relación con la madre, realmente miraba, sentía que la miraba?. ¿No se estará repitiendo la relación con los padres?.

Le pregunto: ¿Cómo era la relación con tu mamá? ... Llora. "Mi mamá decía que yo era "un cacho".

Hay muchos padres que repiten la historia, que no se cuestionan, pero hay otros que por ejemplo dicen, "no le quiero pegar a mi hijo, no haré lo que hicieron conmigo, aunque cuando está en pataleta tenga unas ganas terribles de pegarle". Ahí está el click de la crianza respetuosa. Cuando devenimos en padres se nos mueve nuestro territorio infantil, se nos mueve nuestra infancia.

Casi todo lo aprendemos por imitación. Así la forma en que nos criaron será la manera en que criemos a nuestros hijos, claro, a menos que hagamos una revisión y decidamos hacer un cambio. Las cadenas transgeneracionales de inseguridad pueden ser interrumpidas.

Casi siempre cuando cuesta acompañar y entregar amor, no es por falta de cariño, a veces, no se sabe.



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