Una madre debe contener muy bien a sus hijos, pero poco a poco debe ir soltándolos. Ellos necesitan explorar, potenciar su autonomía, sin premura, sin precipitar las cosas, pero sin retrasar lo sano y normal. Los adolescentes necesitan intimidad, confianza y respeto; durante esta etapa su compañía y confidentes serán sus amig@s, novi@s, compañer@s ... sus pares. Es normal que los padres pasen a un segundo plano y no por esto van a dramatizar, decir o reclamar que ya no los quieren. Para los adolescentes es fundamental, para la modulación de su carácter, pertenecer a un grupo de iguales.
La maternidad no es un apostolado ni una condena, cada ser humano tiene su propia vida y los hijos no deberían quedar atrapados en la necesidades de sus padres. Los padres deben sentirse felices que sus hijos vuelen libres.
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