jueves, 1 de enero de 2015

Debemos calmarnos antes de actuar.


Los cuidados maternos durante los primeros años de vida contribuyen a un buen desarrollo del cerebro del niño.

El amor, la generosidad, la empatía se enseña poniéndonos en los zapatitos del más chiquito. Intentemos que nuestros hijos no nos vean tan enojadas, neuróticas, gritonas, apuradas. Tomemos a nuestros hijos en brazos, los calmamos y luego de un rato podemos continuar con nuestro trabajo. "Darle en el gusto" a un hijo en sus primeros años, es simplemente otorgarle calma y placer y eso es sentido por ellos como amor.
El cuerpo de la madre también necesita estar con su bebé. No compremos todo lo que nos venden, que no nos engañen con falsas necesidades. Los hijos primero necesitan cercanía y respeto. 
Creamos en nuestros instintos, que no nos roben la maternidad.





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