¿En serio? Maltratadores de niños a mí y con estos truquitos, a estas alturas. Pfff
Hay cosas que no se hacen porque están mal, no importa que lo diga fulanito, menganito o la Biblia. En ciertas cuestiones morales las religiones dan asco. Que vean como algo normal el maltrato no quiere decir que sea sano, por el contrario. El fanático es polar, sólo ve lo que quiere ver.
Además, venir a mi muro a decirme lo que tengo que escribir es como mínimo desubicado. Yo no voy a visitar ni a aconsejar a nadie a sus muros. A partir de ahora no hablaré más del maltrato infantil. No seré sarcástica. Lo prometo por los unicornios rosados. Sólo escribiré muy dulce y cuqui para ese público que ni siquiera tengo en mis contactos y me manda mensajes privados. Tampoco escribiré nada más sobre la infancia o las mujeres o de lo que me dé la gana. Maldición. Qué mierda todo. No podré decir garabatos y menos garabatos que no sean aceptadas por los hombres que me explican cosas.
A ver, aclaremos algo, cada cual cría a su hijos como quiere, no hay fórmulas. Pueden ser religiosos o ateos. Comer costillas o ser veganos. Tomar leche de vaca o sólo agua. Ser malhablados o circunspectos. Me da igual. A mi me importa que traten bien a los niños y que las mujeres no se dejen pisotear. Si a alguien le escandaliza lo que escribo, no me lea. Corta.
La empatía y la compasión no pueden usarse para justificar comportamientos abusivos. Si alguien necesita consuelo por la culpa que le pesa que la busque en otro lado, pero yo no me dejo manipular. Los seres humanos adultos nos regimos por valores morales. No maltratar a otros es el principio fundamental de la convivencia. Si encima se hace a conciencia, porque hoy en día la información está ahí para el que quiera, no merece ni mi compasión, ni mi respeto.
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