miércoles, 19 de abril de 2017




Profesosaurios haciendo mierda la autoestima de los niños, lamentablemente no es nada de raro. No estoy atacando a todo el gremio, pero he visto y oído cada cosa. Desde colegios con supuesta excelencia académica con profesores que no tienen ni idea de la materia que están dando. Pero ni idea, lo digo en serio. Hasta profesoras (mujeres) haciendo bullying a una alumna de 13 años y decirle puta en frente de toda la clase.

El que no quiera ser profesor o no tenga lo que se necesita para trabajar con niños y adolescentes que se vaya y no vuelva más. Basta de hacer daño a los niños. Nadie merece ser rechazado y humillado. Después se quejan que los niños y adolescentes no prestan atención, que les faltan el respeto.

La solución a su apatía crónica la tienen que encontrar ellos mismos, nadie les ha pedido ser profesores, así que les toca apechugar y ser humildes. Como mínimo para trabajar con niños hay que actualizarse, ser capaces de empatizar y en lo posible amar su profesión.

¿Les suena la indefensión aprendida? Pues es lo que lleva a la persona que sufre un tipo de abuso, violencia, maltrato a no hacer nada para evitar el sufrimiento. La indefensión aprendida lleva a la autoprofecía, evidentemente se cumple porque es lo que le han hecho creer

Es por eso que padres, profesores, adultos en general debemos cuidar la forma en que hablamos a los niños, no todos pueden sobrellevar los ataques de la misma manera, de hecho, es muy común que dicha indefensión se arrastre hasta ser adultos, sin ser consciente de ello.

Aclaro, hay profesores fabulosos, pero lamentablemente son los menos.

Como ejemplo, la vivencia que relata en su libro Paul Donés, cantante de Jarabedepalo (foto adjunta).






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