Y como cada año, se publicaron los puntajes de la "gran prueba que mide la 'inteligencia' " de los adolescentes chilenos para ingresar a la universidad. Se lee decepción en las noticias porque este año los puntajes nacionales llegaron al mínimo desde que se instauró como PSU.
¡Cuánta presión en esos hijos!, ¡Cuánta competencia!. El tener un buen puntaje en la PSU no es un buen predictor de tener a futuro un buen desempeño académico o laboral. En el mundo hay millones de niños que fueron los "números UNO" en sus colegios, los Mateos de sus clases ¿Y?, ahí están, a patás con los 4 en la universidad. También están los flojos o a los que les iba más o menos nomás, ahora felices de la vida disfrutando lo que hacen.
A propósito del tema recordé cuando llegamos hace 13 años a vivir a España, matricular a mi hijo Ignacio en un colegio de Madrid y tener una reunión con la Directora, orientadora y profesora después de hacerle varios Test; hablaban y hablaban de puntajes, percentiles, ranking, nos decían que su nivel era muy alto para el curso que le correspondía por su edad y que lo dejarían uno más arriba. Yo me movía y movía en la silla como la peor de la alumnas con la peor de las hiperactividades, ¡quería irme! y pensaba "sólo quiero que mi hijo sea feliz y sé que lo va a ser. Estoy tan segura de eso". Para mí lo más importante no era su nivel académico o que lo adelantaran o que fuera mejor que nadie. No niego la importancia que tiene la educación y estudiar en la universidad, lo sé, no lo minimizo, pero lo que realmente me importa es que mis hijos encuentren un camino o varios que los lleven a escuchar lo que les haga sentirse felices.
Y así fue como hace 3 meses mi hijo volvió nuevamente a estudiar a Madrid y le dije, "Tú dale, estudia lo que te haga feliz, desde que eres chiquitito sabes que eres feliz, que prendes con agua y que no necesitas de nada más y que tienes todo dentro de ti para hacer lo que quieras en este mundo."
La vida no puede ser se seca el ombligo y empezamos: sala cuna todo el día, Jardín infantil, colegio, universidad, trabajar, más trabajar y morir. NO. La vida es más que sólo dar exámenes. Padres que quieren que los hijos hablen idiomas, escriban, lean, sumen y ojalá antes que caminen. Qué agote. Relajen un poco.
Adelantar tanto a los niños, presionar y estresar tanto con exámenes, que en el fondo no miden inteligencia ni capacidades, no es más que memorizar y repetir como loros. Cuidado con robarles la infancia, eso interfiere gravemente en su salud psíquica y física. Eso no se toma en consideración. Serán niños inseguros, medicados, debilitados, desequilibrados, inmaduros, vulnerados, inestables, frágiles ... y luego se preguntan por qué ocurre esto.
El abanico es más amplio para ser feliz, no sólo las carreras más caras y prestigiosas auguran un buen futuro. La educación hoy es un gran negocio, no pise el palito.
Hay quienes han sacado puntajes altísimos en estas pruebas de ingreso a la universidad y son personas amargadas e infelices.Tienen cargos importantes, son jefes, se partieron el culo para llegar ahí, necesitan la pastillita para dormir y el copetito todos los días, se la pasan viajando, casi no ven a la familia, y aún así ganan menos que personas que estudiaron una profesión que no les exigía tanto puntaje, pero que con pasión y creatividad logran mejores ingresos y gozar con sus trabajos.
Sigan sus deseos, trabajen con pasión, con amor. La PSU es una prueba que sólo selecciona, pero que no determina la felicidad de nadie, puede ayudar a tirar líneas, a ver los caminos que se pueden seguir, pero finalmente, como dice la canción "se hace camino al andar".
Y así fue como hace 3 meses mi hijo volvió nuevamente a estudiar a Madrid y le dije, "Tú dale, estudia lo que te haga feliz, desde que eres chiquitito sabes que eres feliz, que prendes con agua y que no necesitas de nada más y que tienes todo dentro de ti para hacer lo que quieras en este mundo."
La vida no puede ser se seca el ombligo y empezamos: sala cuna todo el día, Jardín infantil, colegio, universidad, trabajar, más trabajar y morir. NO. La vida es más que sólo dar exámenes. Padres que quieren que los hijos hablen idiomas, escriban, lean, sumen y ojalá antes que caminen. Qué agote. Relajen un poco.
Adelantar tanto a los niños, presionar y estresar tanto con exámenes, que en el fondo no miden inteligencia ni capacidades, no es más que memorizar y repetir como loros. Cuidado con robarles la infancia, eso interfiere gravemente en su salud psíquica y física. Eso no se toma en consideración. Serán niños inseguros, medicados, debilitados, desequilibrados, inmaduros, vulnerados, inestables, frágiles ... y luego se preguntan por qué ocurre esto.
El abanico es más amplio para ser feliz, no sólo las carreras más caras y prestigiosas auguran un buen futuro. La educación hoy es un gran negocio, no pise el palito.
Hay quienes han sacado puntajes altísimos en estas pruebas de ingreso a la universidad y son personas amargadas e infelices.Tienen cargos importantes, son jefes, se partieron el culo para llegar ahí, necesitan la pastillita para dormir y el copetito todos los días, se la pasan viajando, casi no ven a la familia, y aún así ganan menos que personas que estudiaron una profesión que no les exigía tanto puntaje, pero que con pasión y creatividad logran mejores ingresos y gozar con sus trabajos.
Sigan sus deseos, trabajen con pasión, con amor. La PSU es una prueba que sólo selecciona, pero que no determina la felicidad de nadie, puede ayudar a tirar líneas, a ver los caminos que se pueden seguir, pero finalmente, como dice la canción "se hace camino al andar".
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