“Cuando se es madre, hay que cuidar lo que se muestra”. “¡El gusto de subir fotos en traje de baño!”. “Hay una edad para cada tipo de ropa”. “Cuando una tiene hijos y más si uno de ellos es adulto, no se puede andar ligera de ropas”. “Hay que saber ponerse en su lugar”.
Algunas veces, las mujeres podemos ser las más críticas entre nosotras.
Se habla mucho de empoderamiento, libertad, sororidad, ni una menos. Pero a la mínima saltan.
Yo, la verdad, no me veo en la playa con burka y con más de 30 grados.
El tiempo ya le enseña a una a templar el resultado de las expectativas ajenas sobre nuestra imagen personal.
La experiencia profesional y, especialmente la personal, me llevan a no intentar averiguar lo que pasa por la mente de las personas. Si es que no me importa lo suficiente. A las mujeres que tengo en redes, las conozco a casi todas, no personalmente a todas, pero sí con todas he tenido cierta cercanía para conocer sus alegrías y sus muchos dolores (esos son los primeros que siempre salen a la luz). Y debo decir que a casi todas las recuerdo por algo agradable.
Por lo mismo, no busco posibles respuestas a sus actitudes. Los arañazos de la vida me muestran que es mejor no perder energía en asuntos inconclusos para otros.
Sólo sé que empoderarse no es compararse con las demás y salir siempre airosa en la comparación, se trate de la cuestión que se trate.
¿Quién es más feliz, quién tiene más “comodidades”, quién es más guapa, quién tiene más plata, a quién le va mejor, quién tiene una pareja más valorada socialmente, quién brilla más en las redes, quién tiene razón, quién es más en lo que sea?
Yo seguiré sacándome fotos y compartiéndolas. ¿Alguien piensa que es algo muy personal? Sí, puede ser.
Pero es que yo no soy una psicóloga colocada en una peana a la que parece no ocurrirle nada de aquello sobre lo que escribe o cuenta.
Por eso cuento y comparto lo que quiero y no uso ninguna capa de súper heroína.
Todavía me quedan fotos de esa ida a la playa
No hay comentarios.:
Publicar un comentario