jueves, 16 de junio de 2016

Mi Abril y el cambio de curso. Que mi hija disfrute hoy es lo que me importa.


Mi hija Abril tiene 4 años y hace algunos meses por primera vez comenzó a ir a Nursery (Jardín infantil), un lugar donde van 18 amiguitos al cuidado de 5 profesoras. Va sólo 2 horas y media diarias. 

Mis otros hijos fueron por primera vez al colegio cuando cumplieron 5 años. Nada de Jardines ni guarderías. Pero esta niñita inquieta no daba más, cada día que íbamos a dejar a su hermana pedía quedarse. Desde el primer día se quedó feliz, le encanta ir a jugar, a pintar, a cantar. Como ella va feliz, yo me quedo tranquila, pero faltan pocas semanas para que acabe el año escolar y en septiembre cambie de clase, a Reception. 

En Reception los niños van de 9 de la mañana a 3 de la tarde. Sigue siendo un grupo pequeño de niños (no más de 24) con mínimo 3 educadores. La clase es en espacios abiertos como en Nursery donde aprenden haciendo y jugando, de hecho, no hay pupitres (sólo mesas redondas con diferentes actividades). Los niños no necesitan estar callados, no hay notas, no hay exámenes, no repiten de curso, no los obligan a comer, hay mucho juego y diversión; se respetan sus ritmos y desarrollo evolutivo.

Encuentro todo excelente. Mi hija Mía de 6 años está encantada con el colegio. Ha sido una maravillosa experiencia.Tiene buenos amigos y le gustan mucho sus profesores. 


Pero le he estado dando vueltas y me niego a que mi hija con sólo 4 añitos esté 6 horas diarias en una institución pudiendo estar conmigo.
En febrero cumplirá 5 años, a mitad de curso.... Mmm! Le daremos una oportunidad, probaremos y si para mi hija está bien, para mí también lo estará. 

Lo tengo claro. Que mi hija disfrute hoy es lo que me importa. Con mis tres hijos ha sido igual.

El tiempo presente es lo que tenemos. El pasado lo llevamos en nuestras marcas. Y el futuro es una imagen en nuestra mente. No es real. Lo real es ahora.


Entonces nada de lo que hagamos hoy nos asegura nada. Podemos usar las estadísticas a nuestro favor, pero no hay certezas. Podemos elegir el colegio más caro, el de mayor "excelencia", pero ni el colegio que siempre quisimos para nuestros hijos, ni las clases de idiomas o de piano o de pintura valen nada si no son momentos maravillosos para ellos ahora. Si hoy les permitimos gozar ¿Qué importa el efecto que tendrá mañana? Mañana no existe.

La vida nos sorprende muy a menudo con grandes zamarreos. La vida es un constante tambaleo, no hay estabilidad. De un zuácate se puede borrar en un instante todo el camino imaginado.

El tiempo presente es lo único que tienen nuestros niños. La infancia es muy corta. Permitámosles y permitámonos gozar. La vida es ahora.






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