miércoles, 29 de junio de 2016

Brexit.

¿Y qué pasará ahora?
¿Brexit para Londres también?
Millones de personas pidiendo un nuevo referéndum.
Yo cada día con más ganas de volar de estos lados. Odio los nacionalismos, la xenofobia, los egoísmos, las barreras, los miedos.
Los viejos decidieron por los jóvenes. La gente de pueblo y la clase obrera apoyó este disparate.
Hablo a diario con gente educada, con estudios universitarios y todos lo rechazaron.
Londres nunca estuvo de acuerdo con abandonar la Unión Europea. Pero ganó la ignorancia y la cerrazón mental.












martes, 28 de junio de 2016

España sufre Síndrome de Estocolmo.


España sufre Síndrome de Estocolmo. 

El Síndrome de Estocolmo es un estado psicológico en el que una persona víctima de abusos, violencia y malos tratos, defiende, protege y puede llegar a ser cómplice de su verdugo. Es muy común en caso de rehenes (de ahí su nombre), incesto, violencia intrafamiliar, guerras, sectas, niños y mujeres abusados física y psicológicamente.
España eligió al marido golpeador, el que insulta, el que roba hasta el último céntimo del monedero para irse de putas, el que quita la casa (los desahucios son pan de cada día) y hasta la dignidad.
Te pega, te insulta, te roba, te pone los cuernos, y como te convence que es por tu bien, lo defiendes, justificas y eliges de nuevo.



martes, 21 de junio de 2016

Veintidós años que soy tu madre.



Veintidós años que soy tu madre. ¿Qué había antes de ti, hijo mío? Nada. Gracias, hijo, por cambiarme.

Recuerdo tu nacimiento y tus primeros años.Vienen todas esas imágenes que no están en ningún video ni álbum de fotos. Te veo riendo y jugando conmigo a los "cati cati". Tu primer día en clase de natación y luego mostrándome orgulloso tus piqueros. Te veo armando las figuras de animales, camiones, autos, lo que fuera, de madera u otro material. Te veo cantando y bailando con 4 años "Rock and roll all nite" de Kiss en La Uniòn. Nos veo bailando juntos en la plaza del pueblo en la fiesta de Miraflores de la Sierra. Los juegos, los inventos, los amigos, tu primera bicicleta que te enseñó a usar tu papá en Santiago, las caminatas juntos de la mano. Tantos besos. Tantas noches que dormimos juntos. Siempre te dije: "si tienes miedo, ven que yo te cuido". Tu amor tan grande y desinteresado. Tu presencia. Qué suerte la mía de ser tu madre. Cuánta felicidad, cuánto amor, cuánta sensibilidad. Qué bello ser humano eres.

En esas imágenes me veo y me siento contenta de la madre que fui para ti, No sé si lo hice bien o mal o si lo pude hacer mejor. Me quedo con el amor que me dices y que siento tienes por mí.

Nunca hice caso a los "deberías", a la culpa, a la presión que me intentaron meter. Nunca he entendido ¿Por qué atacar a los hijos? ¿por qué tantos noes? ¿por qué sobreexigir? ¿por qué castigar? ¿Por qué golpear? Golpear a mis hijos, no se me podría ocurrir.

Gracias Ignacio, por recibirme hoy con ese abrazo. Gracias por la confianza, por las conversaciones.
A veces los que hablan menos son los que más profundidad tienen. Amo ser tu madre.

Te regalo estas palabras de José Luis Sampedro:

Hazte quien eres: hay que hacerse quien se es, y todos somos distintos. Pero lo que quiera que seas desarróllalo al máximo. Cada cual debe aspirar a ser lo máximo que pueda ser con sus condiciones. Y de esa manera devolverá a la vida de todos, la vida que ha recibido él.
Tengo 94 años y me considero un aprendiz de mí mismo. Todavía aprendo a ser quien soy. Y me moriré sin haber acabado, pero he hecho todo lo posible: hazte quien eres y hazlo fervorosamente. Y hazlo entregado a eso y en solidaridad con los demás, porque sin ellos no somos nadie. Sin doblegarte, sin hundirte, sin ceder, sin creer los inventos de los que quieren explotarte. No te rindas!
José Luis Sampedro 2011

Feliz cumpleaños mi Ignacio.



sábado, 18 de junio de 2016

Mi Ignacio. Esperándolo hace 22 años.


Melancoleando me encontré con esta foto. Es que un día como hoy, hace 22 años estaba embarazada. Esperando a mi Ignacio. A 3 días de tenerlo. Sola. Lo esperé y lo tuve sola. Por esos días (y después también) yo lo estaba pasando pésimo. Obviamente la foto no lo dice, pero yo se los cuento. Muchas mentiras salían a la luz. Quien por aquel entonces aún era mi pareja no era quien decía ser. Y muchas mentiras se hacían verdades.
Con los besos de mi hijo. La vida siempre, siempre, siempre me trajo risas y felicidad, aunque hubo momentos en que me moría en el infierno, pero nunca dudé en seguir. Pero bueno, eso es parte del pasado. Ahora estoy tan feliz y orgullosa de mi Ignacio. Mi hijo. Sólo mío por tantos años, hasta que llegó su padre Cristián González.



jueves, 16 de junio de 2016

Mi Abril y el cambio de curso. Que mi hija disfrute hoy es lo que me importa.


Mi hija Abril tiene 4 años y hace algunos meses por primera vez comenzó a ir a Nursery (Jardín infantil), un lugar donde van 18 amiguitos al cuidado de 5 profesoras. Va sólo 2 horas y media diarias. 

Mis otros hijos fueron por primera vez al colegio cuando cumplieron 5 años. Nada de Jardines ni guarderías. Pero esta niñita inquieta no daba más, cada día que íbamos a dejar a su hermana pedía quedarse. Desde el primer día se quedó feliz, le encanta ir a jugar, a pintar, a cantar. Como ella va feliz, yo me quedo tranquila, pero faltan pocas semanas para que acabe el año escolar y en septiembre cambie de clase, a Reception. 

En Reception los niños van de 9 de la mañana a 3 de la tarde. Sigue siendo un grupo pequeño de niños (no más de 24) con mínimo 3 educadores. La clase es en espacios abiertos como en Nursery donde aprenden haciendo y jugando, de hecho, no hay pupitres (sólo mesas redondas con diferentes actividades). Los niños no necesitan estar callados, no hay notas, no hay exámenes, no repiten de curso, no los obligan a comer, hay mucho juego y diversión; se respetan sus ritmos y desarrollo evolutivo.

Encuentro todo excelente. Mi hija Mía de 6 años está encantada con el colegio. Ha sido una maravillosa experiencia.Tiene buenos amigos y le gustan mucho sus profesores. 


Pero le he estado dando vueltas y me niego a que mi hija con sólo 4 añitos esté 6 horas diarias en una institución pudiendo estar conmigo.
En febrero cumplirá 5 años, a mitad de curso.... Mmm! Le daremos una oportunidad, probaremos y si para mi hija está bien, para mí también lo estará. 

Lo tengo claro. Que mi hija disfrute hoy es lo que me importa. Con mis tres hijos ha sido igual.

El tiempo presente es lo que tenemos. El pasado lo llevamos en nuestras marcas. Y el futuro es una imagen en nuestra mente. No es real. Lo real es ahora.


Entonces nada de lo que hagamos hoy nos asegura nada. Podemos usar las estadísticas a nuestro favor, pero no hay certezas. Podemos elegir el colegio más caro, el de mayor "excelencia", pero ni el colegio que siempre quisimos para nuestros hijos, ni las clases de idiomas o de piano o de pintura valen nada si no son momentos maravillosos para ellos ahora. Si hoy les permitimos gozar ¿Qué importa el efecto que tendrá mañana? Mañana no existe.

La vida nos sorprende muy a menudo con grandes zamarreos. La vida es un constante tambaleo, no hay estabilidad. De un zuácate se puede borrar en un instante todo el camino imaginado.

El tiempo presente es lo único que tienen nuestros niños. La infancia es muy corta. Permitámosles y permitámonos gozar. La vida es ahora.






lunes, 13 de junio de 2016

El mío, el mío, el mío... Competencia

¿Por qué todo tiene que ser una competencia? ¿Por qué no dejar a los hijos seguir su propio ritmo evolutivo natural?

Los hijos necesitan ser felices, no mejores que nadie.

Una querida amiga lo pasa pésimo por las críticas, pero la gente sapa no entiende.

Chata de escuchar y ver tratar a los hijos como premios:

1.-¿ Todavía no camina ?... El mío antes del año ya caminaba.

2.-¿Todavía usa chupete?...¡Mmm! como que ya está grande para usar.

3.-¿Todavía no aprende a escribir?... El mío usa mi computador y celular (y después se quejan de los aparatitos, pero buéh, ése es otro tema).

4.-¿Todavía no va al jardín ?...Necesita socializar o será un mamón. El mío fue con pocos meses y es lo más independiente que hay.

5.-¿Todavía duerme contigo?...El mío durmió solo de un tirón.

6.-¿Todavía no habla ?... El mío con año y medio era un lorito.

7.- ¿Todavía no se saca el pañal?...¡Ay! el mío...el mío, el mío...

Y así suma y sigue. LATERAS ZZZZZ.

Son pocos lo que se paran a reflexionar que se está arrastrando a una generación completa de guaguas y niños a nuestro mundo de locos que va a una velocidad demasiado vertiginosa para la infancia.

Hay que respetar sus ritmos. ¿De qué sirve vivir tan de prisa? Siempre mirando el reloj, siempre contra reloj.

Si tenemos hijos debemos desacelerar, parar y empezar a caminar, a vivir sin estrés, a disfrutar de los hijos y que ellos DISFRUTEN a sus padres.

Hay quienes dicen que deben trabajar los dos y no pueden darse el "lujo" de quedarse con su hijo en casa; entonces, con mayor razón es de primera necesidad vincularse con el niño al llegar a casa, pero estar con ellos de verdad.

Ellos crecen cada día un poco más, ya dejarán de necesitarnos tanto y de repente hasta se extrañará esa sensación que alguien te demande tanta atención, ya dormirán toda la noche, ¡Ningún niño sano quiere dormir toda la vida con los padres. ¡No! Se van solos de la cama cuando se sienten seguros. Y ya comerán solos, ya caminarán, ya hablarán, ya irán al baño solos, y hasta usarán toda la tecnología que quieran comprarle. Ya se independizarán. Ya Crecerán. Porque les arrastremos o no, ellos crecerán igual, a su tiempo.

Es simple, de hecho es tan simple que hay cosas que se aprenden sólo con vivir en sociedad.

Ya harán todo eso y todo lo demás también lo aprenderán, claro que sí, guiados de la mano de sus padres, siempre con respeto, paciencia y tolerancia, porque para eso son niños, para nosotros servirles de guía y dejarles ser niños, dejarles soñar, dejarles ser felices. Dejarles vivir. Así llegarán a nuestro mundo "real", al que tanto queremos que lleguen, llenos de mamá y papá, con un colchón de amor, y así sabrán sortear lo que se les presente.






miércoles, 8 de junio de 2016

El Éxito.

El problema no es ser o sentirse exitoso, el problema es el mandato social subyacente al "éxito". Existe la creencia que para serlo hay que ser el "number one" en todo, desde la guardería están los padres compitiendo para que su hijo gane reconocimientos (lo que sea, no importa; pero que los demás lo vean, sin importar cuánta presión se le mete al hijo). Como si eso asegurara algo en el futuro. Creen que tener X profesión, ganar mucha plata, juntar muchas cosas materiales es ser exitoso. El tener sobre el ser. 
Pues bueno, conozco médicos, ingenieros a los que les fue muy bien en la universidad, sacaron puntajes altísimos en las pruebas de ingreso y son unos tremendos pelotudos, y lo peor de todo, nada de felices. ¿Acaso hay que ser un profesional súper exitoso para sacar lo mejor de cada uno? ¿Acaso esa es la meta que todo padre persigue? Hay que tener mucho cuidado con los estereotipos tan dañinos. Porque el desarrollo del potencial de una persona, muchas, muchísimas veces está lejos de ser aquello que la sociedad encuentra deseable. El desarrollo de las potencialidades de una persona para llegar a ser exitoso y poder realizarse en la vida está en poder ser auténtico y darse permiso para ser lo que uno es. No lo que los papás desean que sea, ni lo que el abuelito soñó.
Hoy se vive para trabajar y pagar. No hay más vida parece. Es nacer, crecer, desarrollarse y morir intoxicados en una sociedad de consumo.
Una pena, cada vez sumando más "necesidades", y los hijos las heredan.
El mandato social es ser trabajólico, aparentador, consumista. Se exacerba la competencia, el exitismo, la producción incesante y el individualismo.
Por eso aplaudo a la gente que tiene la capacidad para desmarcarse del mandato social que exige "ese" tipo de éxito. Todas causas asociadas al malestar psicológico que se vive hoy en día.

















Madres culposas.

Algo que escribí hace 3 años.

¿Por qué cuando se habla de maternidad y sus momentos, casi en automático aparece la culpa, el deber, la buena madre o mala madre? ¿Por qué se arman bandos entre mujeres?

Hay algo que levanta culpas, angustias, rabia. ¿Por qué? En especial ocurre con las madres que no amamantaron, colecharon, o debieron volver a trabajar sin querer hacerlo, dejando a sus hijos en guarderías con pocos meses.

Las que en algún momento de su vida piensan que no consiguieron la maternidad "IDEAL" se sienten "atacadas", pero es su percepción, no es la realidad.

¿Por qué sentir la culpa? ¿Por qué defenderse? ¿Por qué no decir simplemente: ¡OK GENIAL! hiciste lo correcto para ti y tu hijo, lo mejor para ustedes y me alegro por eso?

Supongo que serán las sombras que cada una tiene que valorar e iluminar. Pero, mientras tanto, alegrémonos por las madres e hijos que se han librado de la inercia de este sistema defectuoso, y que han dado un pasito más para que todas las demás también lo hagamos. Porque el éxito de una diada madre/hijo es un éxito para todas las demás.

La maternidad, tan especial, tan idealizada, es sólo para no ver la realidad de la maternidad. En mis espacios, por lo que he visto y constato cada día, la realidad es que la maternidad a veces duele, más de lo que creemos.

Sólo para dejar de idealizar, existen mujeres que han parido vertical, amamantado por más de 3 años, colechan y generan apegos inseguros con sus hijos.

La maternidad es compleja. No existe la madre perfecta.















viernes, 3 de junio de 2016

En mi muro escribo lo que se me para la raja. Corta.



Un saludo a la gente que me lee y no me conoce de nada. ¿Saben lo que es la ironía?. ¿No?. Pues absténgase de comentar en lo que escribo, o al menos léanlo completo.
No hay nada más ridículo que criticarme por algo que es exactamente lo que estoy criticando yo en mi publicación.
Y si no es para aportar o tener un debate serio no comenten, no me manden mensajes internos, no tengo tiempo para tonteras. En mi muro escribo lo que se me para la raja. Vayan a sus muros a escribir y tener la razón en lo que les plazca. Y si me mandan palos, les aviso para que no se desgasten, que no leo muros ajenos.
De nada.




jueves, 2 de junio de 2016

Franco y su vida entre leones.


Hoy se habla tanto de empatía, una linda palabra, pero qué triste ver que se usa poco o nada.

La semana pasada en Chile, Franco, un joven de 20 años, se desnudó y metió en la jaula de los leones en el Zoológico Metropolitano y para salvarle la vida los guardias mataron a dos leones.

Quedé sorprendida al leer tanto insulto, tantas puteadas contra un joven que claramente está enfermo, y ahora internado grave por los ataques de los animales.

Cientos de personas preocupadas y enfurecidas porque mataron a los leones: "es que los leones nacieron en el Zoológico y tenían 22 años", "si se quiere matar, déjenlo, total, un hueón menos", "Qué culpan tienen los leones...". Enojados con los guardias porque no lo dejaron morir. ¿En serio?.

Estoy de acuerdo en que es una pena que hayan tenido que matar a los leones, ellos también fueron víctimas, pero de ahí a decir que la vida de los animales es más valiosa que la de una persona es un tema que no comparto.

Estamos mal como sociedad si no somos capaces de ver el sufrimiento ajeno. Si una persona salta a la jaula de los leones no es alguien que esté sano mentalmente, no es algo que sea normal y lo más probable es que esa persona esté atravesando un cuadro que altera su capacidad de enjuiciamiento de la realidad. No es capaz de distinguir lo que es real de lo que no lo es. De hecho, Franco no quería suicidarse, el acto que cometió fue dictado por sus delirios. Delirio mesiánico ligado a la religión. Su Dios lo salvaría, era una prueba, como la del profeta Daniel.

No sólo en Chile, en el mundo entero falta sensibilidad e información sobre la salud mental, nadie está libre de presentar un cuadro grave, casi en todas las familias existen personas enfermas mentalmente, y aunque no lo crean, las enfermedades mentales tienen un componente genético importante por lo que es heredable la condición. La esquizofrenia y la bipolaridad son de la más estudiadas.

Y ¡OJO! que en Chile más del 17% de la población sufre depresión, lo que lo sitúa como uno de los países más depresivos del mundo. 


Reflexionemos qué podemos hacer para tener una sociedad más justa, más sana, más empática, más solidaria, más generosa, más compasiva donde nos cuidemos unos a otros, donde la salud deje de ser un bien de consumo.

No le tiremos piedras a alguien que necesita ayuda. Franco fue un niño que nadie cuidó a los 11 años cuando su madre murió. Su padre un alcohólico depresivo que no pudo cuidarlo a él ni a sus hermanos. El mayor está preso y al menor lo adoptó una familia de Italia. Creció en un hogar del SENAME (Servicio Nacional de Menores, Institución negligente donde hace poco murió una niña de 11 años de un paro cardíaco por exceso de medicación, y no es el único caso de negligencia criminal. Cada vez se saben más historias terribles que ocurren en esos "hogares").


En el SENAME no se cuidan los niños, los encierran, abandonan y peor aún, los siguen maltratando. Entonces, como sociedad ¿cuál es el interés que tenemos en nuestros niños?.

Franco fue una víctima. No ataquemos sin saber, sin ponernos en los zapatos de los demás.

Cuidémonos, descansemos, que la vida no nos arrastre, estemos tiempo de verdad con nuestros hijos y cuidemos a todos los niños, los niños son de todos, de toda la sociedad, son nuestros.

Es nuestra obligación acompañarlos y educarlos emocionalmente (porque está más que demostrado que esa educación no se enseña en los colegios/jardines/guarderías).


"No hay salud sin salud mental", OMS (Organización Mundial de la Salud).