Una psicóloga chilena, Pilar Sordo, dice que hay que llevar obligada a la hijita (con cara de culo, obvio) a visitar a los abuelos porque es la manera de mantener contacto con su historia.
Si quiere, sígala, es su decisión. Sólo aclarar que tener un título y ser conocida no garantiza que haya actualizado sus conocimientos en teoría del apego, neurociencias ni desarrollo del cerebro, por tanto, menos en psicología. Habla de "sus estudios", de sus conferencias, de sus libros... padece de "titulitis", como si un título garantizara algo o se olvidan de que Radovan Karadzic era psiquiatra.
Bueno, aunque le cueste creerlo las estadísticas dicen que hay muchos abuelitos y tíos que abusan sostenidamente u ocasionalmente en los asados de fines de semana o reuniones familiares cuando los papás lo están pasando chancho o se emborrachan y los niños se pierden de vista (casi el 90 % de los agresores sexuales son familiares directos o del círculo cercano).
Lamentablemente, muchas madres niegan estos hechos y obligan a los hijos a seguir viendo a sus abusadores.
¿No será mejor no obligar al hijo y averiguar por qué se niega? Obligar a los hijos a ir donde ellos no estén cómodos es una falta de respeto.
Además, permitirles elegir, tomar decisiones les brinda seguridad y la invaluable capacidad de decir "NO".
En vez de llevarlos obligados a donde no quieren ir, mejor enseñarles a tomar decisiones, a que sepan cuándo deben decir NO y así nunca serán abusados de ninguna manera.
Respetar un NO QUIERO de nuestro hijo cuando es pequeño, le ayudará a pensar cuando sea adolescente, y algún amigo le ofrezca drogas o algo que le resulte perjudicial, que es posible negarse. Habrá aprendido a decir NO porque le permitimos decidir y desarrollar la seguridad en sí mismo.
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