sábado, 30 de mayo de 2015
La exigencia excesiva sólo genera personas menos felices.
Exigir, exigir, sobreexigir a los hijos no los transformará en mejores personas. Ellos tienen derecho a fallar y los padres también.
El perfeccionismo no existe, si se quiere ser la "madre perfecta", probablemente es porque se tuvo una infancia demasiado imperfecta.
El perfeccionismo no es un paraíso, es un infierno.
La exigencia excesiva sólo genera personas menos felices.
viernes, 22 de mayo de 2015
Justificando el maltrato, la TRAMPITA del abuso.
Una madre golpeó a su hija, delante mío.
- No vuelva a hacer eso señora. Le digo.
- No te metas, es mi hija. Me responde gritando.
- Por lo mismo me meto. Necesita ser defendida ... de su propia madre.
Estoy dispuesta a recibir gritos, insultos, hasta que me amenacen con golpearme. Me da igual.
Por defender a los niños hasta me pongo mis guantes de Kick Boxing. Nunca me he quedado callada cuando he visto abusos contra algún menor y nunca lo haré. Nunca miraré para otro lado.
Conmigo lo hicieron. Recibí golpes, gritos, humillaciones, ley del hielo ... por eso sé lo que duele.
Como no me gusta y no permito que delante mío golpeen niños, tampoco quiero tener en mi facebook gente que defienda y promueva el maltrato en ninguna de sus formas. Así que ¡Chao nomás! Borrando gente con la que no me siento cómoda. Gente que defiende los correazos, chancletazos, cintazos, varillazos ... "Terapia antigua" le dicen. Eso es violencia, abuso. No hay otro nombre.
Me imagino que si encuentran que es tan buena terapia, la utilizan cuando están enojadas y discuten con el marido. Y cuando están estresados, ¿se dan un par de charchazos para calmarse?
Claro, porque si es tan bueno y sano para hacérselo a un niño que está estresado, con mayor razón se le puede hacer a un adulto, digo yo.
Seguro también les gustaría que un policía les pegue un palo por cruzar mal la calle. O que el marido les pegue con el cinturón cuando algo no le gusta. No, no creo. Debemos tratar a los demás como queremos que nos traten, y principalmente a nuestros hijos, ellos están aprendiendo de nosotros cómo tratar a los otros y a ellos mismos.
Así de dañados están algunos adultos, así de mal. Defendiendo los golpes y la violencia porque esa es la trampita que dejan los abusos en la infancia.
Los niños maltratados por sus mamás y papás, dependen de ellos para vivir y los AMAN,
Esa es la gran TRAMPA. LA PRISIÓN.
Se sigue amando a la mamá o al papá a pesar de sus maltratos. Por eso mismo, se justifica. Porque ha sido la madre o padre (las propias figuras de apego) a quien de niño se ha amado, quien ha dado comida, cariño, techo, ropa y educación quien también ha metido a la ducha fría, golpeado, humillado, etc. Esa es la paradoja. Se queda atrapado. El cerebro queda "engañado" ... Luego, por lealtades heredadas por la cultura, se justifican los golpes ... "Fue mi madre o padre, a quien se debe honrar quien me golpeó". Entonces, de adulto, creo y justifico estuvo bien.
Por eso son peligrosos los golpes. No se acaba nunca con la violencia.
Es normal que algunos adultos estén de acuerdo, dicen que quedaron "parejitos y sanitos", que "nadie quedó con trauma". ¿Pero qué entienden por trauma?, ¿Saben cómo se manifiesta?. ¿Qué repercusiones tiene en la vida de una persona?. ¿Recuerdan cómo se sentían cuando se lo hacían?. ¿ Recuerdan ese sentimiento?. ¿ Recuerdan qué sentían por los padres en ese momento?. ¿Hay recuerdos?. ¿O se han borrado? Si se fue golpeado y no se recuerda cuánto lastimó, es porque hizo demasiado daño.
Lo mejor es parar los "tatequietos" con los niños porque si un adulto se estresa estando con otro adulto, lo normal es que nadie pegue, nadie grite, nadie humille. Buscamos la manera de relajarnos, calmarnos. Lo mismo hay que hacer con los niños. Hay que respetarlos. Los maltratos nunca son inocuos, lo diga quien lo diga.
Hoy en día existe evidencia científica, las neurociencias ya han demostrado con imágenes cerebrales el daño a nivel cerebral que causa el castigo físico y emocional, por eso hay que prevenirlo.
Cerebro de niños de 3 años. Uno normal y el otro muy maltratado. |
Los padres estamos para cuidar y proteger, no para hacer daño.
Es cierto que los hijos necesitan normas y límites. Se les puede enseñar y decir de todo con cariño y paciencia, pero no se les debe golpear ni humillar nunca.
No existen los golpes con amor.
jueves, 21 de mayo de 2015
Volviendo a lo natural. Las mujeres ¡Protagonistas de sus partos!
Sin intervenciones innecesarias, sin inducciones, sin oxitocina sintética, sin epidural... sin CESÁREA!!!! NADA. Así, de la forma más natural y mamífera, acompañada por dos matronas tuvo a su hija la princesa Kate.
Los médicos esperaron en la sala contigua por si había alguna complicación, como debe ser. Los médicos están para atender patologías, enfermedades... y no a una mujer sana que va a parir.
La naturaleza nos preparó para gestar, parir, amamantar. Si no hubiese sido así, la humanidad se habría extinguido. Pero nos meten cuentos ... y bisturí.
En Francia se acaban de aprobar las "maisons de naissance" (casas de nacimiento).
La idea es que el parto sea lo más íntimo y natural posible, respetando en todo momento a la madre y al bebé. Será atendido por matronas, sin anestesia ni medicamentos, pero con todas la garantías de seguridad.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) dice que para reducir la mortalidad y mejorar la salud perinatal, es necesario invertir en la formación de matronas (comadronas).
De a poco se está volviendo a lo natural. Ya verán que luego las mujeres de "clase alta" y las famosas comenzarán a rechazar las INNE-cesáreas, simplemente porque se están informando lo suficiente, y saldrá en las revistas femeninas.
Me encantaría que fuera TENDENCIA, que la moda sea rechazar las INNE- cesáreas.
¡Me alegra tanto que las mujeres sean conscientes de su cuerpo, que sean las protagonistas, las dueñas de sus partos! Bien. Tenemos que reconectarnos con nosotras ... con la mujer mamífera que somos.
martes, 19 de mayo de 2015
Los secretos se VIVEN.
Acabo de leer el comentario que hace una amiga a la respuesta que le di al hombre que me engendró. Respuesta a una foto con dedicatoria que posteó "papito corazón" en mi muro de Facebook.
Me pregunta si no es mejor no "mirar atrás y continuar con mi vida". Si no es más sano pisar el pasado, enterrarlo y olvidarlo. Cree que la solución es olvidar o intentar hacer como que mi padre no existió y no responderle.
Leo su comentario justo hoy, hoy que fue el día en que hablé con varias mujeres sobre sus sombras, sus antecesores, sus padres, sus historias de vida, su familia de origen. Me alegra tanto ver a mujeres despertar, respetarse, quererse. Al principio habían dudas "es que es mejor no escarbar en el pasado", "prefiero no saber", "de chiquitita me dijeron que me quedara callada y no preguntara".
Es que así nos han criado a casi todas, nos han educado en sistemas familiares y culturales basado en la OBEDIENCIA y el silencio. Y a las que preguntamos, cuestionamos, miramos más de la cuenta, nos tachan de insolentes, hincha pelotas.
"Calladitas se ven más bonitas", típico dicho. Claro, anestesiadas y tipo zombie.
Acatamos, como buenas niñas obedientes. Sin cuestionar nada ni a nadie porque da miedo recibir castigos, rechazo, que no nos quieran, que nos encuentren pesadas, maleducadas, malas, "que le pongamos mucho color". Pero ...¡Zas!... de pronto despertamos, hacemos caso a nuestros instintos y deseos y la vida se hace tanto más placentera, dulce, amorosa, disfrutamos.
Eso pasó hoy, al principio las dudas, pero luego es soltar y creer. Ahora todas con ganas de revisar su historia. Nada de secretos.
Es que lo que se vive en la infancia permanece de manera inconsciente en el cuerpo, en la piel...en el cerebro, al menos, en su parte límbica. Por eso hay que HABLAR, conversar, decir la VERDAD, para que nuestros hijos y nietos no sufran lo que nos ha tocado sufrir a nosotros.
Los secretos se VIVEN.
Volviendo al comentario de mi amiga, la solución no puede ser olvidar o intentar hacer como que mi padre no existió. NO, eso es insano, hacerse los tontos es aumentar la neurosis. No se puede negar y mentir sobre algo que sí existió o existe.
Yo no he olvidado (la verdad es que tampoco recuerdo mucho de mi infancia...el cerebro es sabio), pero sí he elaborado y puedo decir que estoy sana. Con cicatrices. Pero feliz y plena.
Lo que escribí fue un arrebato de brutal sinceridad, por lo mismo apenas terminé de escribirlo pensé en borrarlo por ser tan íntimo. Pero no lo hice porque hablo desde el corazón y si mis palabras sirven para que una persona reflexione, seré feliz. Creo en la generosidad de compartir parte del mundo interno para construir.
Cada persona debe encontrar la manera de sanar sus heridas, especialmente cuando se es madre o padre. ¿Cuál es la mejor manera? No lo sé... La que haga sentir paz y calma a cada uno. Hay quienes van a terapia por años, otros meditan, cantan, hablan con el marido, se desahogan con las amigas, hacen yoga, pintan, escriben, rezan ...
Por mi trabajo (trabajo que amo), por lo que estudié y sigo estudiando, por la cantidad de trabajos escritos sobre la teoría y la técnica por profesionales del área de la salud del cerebro, sé que guardarse cosas, autoengañarse, reprimir, no es sano. Uno puede renegar, autocomplacerse por años. Pero siempre, siempre, siempre, en algún momento de la vida esa negación, ese dolor, la pelea interna, la tristeza, las lágrimas contenidas, la rabia reprimida sale a flote y el cuerpo y la salud se rinden. Aparecen las enfermedades, las crisis de ansiedad, palpitaciones, jaquecas, miedos, adicciones, engaños, dolores, enfermedades psicosomáticas. Algo aqueja, angustia, aprieta la garganta, acelera el corazón, no deja dormir, el cuerpo entero está dolorido. El cuerpo somatiza lo que la psiquis no ha resuelto.
Alice Miller dice: “El cuerpo nunca miente”.
Necesitamos conocernos, encontrarnos, juntar las piezas del puzzle para no caminar por la vida con los ojos vendados y la única manera de hacerlo es con la verdad. Lo que ocurrió, ocurrió. Jamás podremos eliminarlo de nuestra vida, de nuestro cuerpo. Pero podemos sanar poniéndole nombre a lo sucedido, podemos acabar con el dolor infantil, mejor si es con alguien que dé compañía, cariño y comprensión. Así de pasadita se le quita la carga a los hijos y no heredan conflictos no resueltos de los padres.
Hay que ser bien valiente para iluminar la propia vida y la de los hijos.
Primer día en que me liberaba (por segunda vez en mi vida) del maltrato y la violencia. ¡Se acabaron las violencias! ¡Por fin era libre! Y esta vez para siempre.
Me pregunta si no es mejor no "mirar atrás y continuar con mi vida". Si no es más sano pisar el pasado, enterrarlo y olvidarlo. Cree que la solución es olvidar o intentar hacer como que mi padre no existió y no responderle.
Leo su comentario justo hoy, hoy que fue el día en que hablé con varias mujeres sobre sus sombras, sus antecesores, sus padres, sus historias de vida, su familia de origen. Me alegra tanto ver a mujeres despertar, respetarse, quererse. Al principio habían dudas "es que es mejor no escarbar en el pasado", "prefiero no saber", "de chiquitita me dijeron que me quedara callada y no preguntara".
Es que así nos han criado a casi todas, nos han educado en sistemas familiares y culturales basado en la OBEDIENCIA y el silencio. Y a las que preguntamos, cuestionamos, miramos más de la cuenta, nos tachan de insolentes, hincha pelotas.
"Calladitas se ven más bonitas", típico dicho. Claro, anestesiadas y tipo zombie.
Acatamos, como buenas niñas obedientes. Sin cuestionar nada ni a nadie porque da miedo recibir castigos, rechazo, que no nos quieran, que nos encuentren pesadas, maleducadas, malas, "que le pongamos mucho color". Pero ...¡Zas!... de pronto despertamos, hacemos caso a nuestros instintos y deseos y la vida se hace tanto más placentera, dulce, amorosa, disfrutamos.
Eso pasó hoy, al principio las dudas, pero luego es soltar y creer. Ahora todas con ganas de revisar su historia. Nada de secretos.
Es que lo que se vive en la infancia permanece de manera inconsciente en el cuerpo, en la piel...en el cerebro, al menos, en su parte límbica. Por eso hay que HABLAR, conversar, decir la VERDAD, para que nuestros hijos y nietos no sufran lo que nos ha tocado sufrir a nosotros.
Los secretos se VIVEN.
Volviendo al comentario de mi amiga, la solución no puede ser olvidar o intentar hacer como que mi padre no existió. NO, eso es insano, hacerse los tontos es aumentar la neurosis. No se puede negar y mentir sobre algo que sí existió o existe.
Yo no he olvidado (la verdad es que tampoco recuerdo mucho de mi infancia...el cerebro es sabio), pero sí he elaborado y puedo decir que estoy sana. Con cicatrices. Pero feliz y plena.
Lo que escribí fue un arrebato de brutal sinceridad, por lo mismo apenas terminé de escribirlo pensé en borrarlo por ser tan íntimo. Pero no lo hice porque hablo desde el corazón y si mis palabras sirven para que una persona reflexione, seré feliz. Creo en la generosidad de compartir parte del mundo interno para construir.
Cada persona debe encontrar la manera de sanar sus heridas, especialmente cuando se es madre o padre. ¿Cuál es la mejor manera? No lo sé... La que haga sentir paz y calma a cada uno. Hay quienes van a terapia por años, otros meditan, cantan, hablan con el marido, se desahogan con las amigas, hacen yoga, pintan, escriben, rezan ...
Por mi trabajo (trabajo que amo), por lo que estudié y sigo estudiando, por la cantidad de trabajos escritos sobre la teoría y la técnica por profesionales del área de la salud del cerebro, sé que guardarse cosas, autoengañarse, reprimir, no es sano. Uno puede renegar, autocomplacerse por años. Pero siempre, siempre, siempre, en algún momento de la vida esa negación, ese dolor, la pelea interna, la tristeza, las lágrimas contenidas, la rabia reprimida sale a flote y el cuerpo y la salud se rinden. Aparecen las enfermedades, las crisis de ansiedad, palpitaciones, jaquecas, miedos, adicciones, engaños, dolores, enfermedades psicosomáticas. Algo aqueja, angustia, aprieta la garganta, acelera el corazón, no deja dormir, el cuerpo entero está dolorido. El cuerpo somatiza lo que la psiquis no ha resuelto.
Alice Miller dice: “El cuerpo nunca miente”.
Necesitamos conocernos, encontrarnos, juntar las piezas del puzzle para no caminar por la vida con los ojos vendados y la única manera de hacerlo es con la verdad. Lo que ocurrió, ocurrió. Jamás podremos eliminarlo de nuestra vida, de nuestro cuerpo. Pero podemos sanar poniéndole nombre a lo sucedido, podemos acabar con el dolor infantil, mejor si es con alguien que dé compañía, cariño y comprensión. Así de pasadita se le quita la carga a los hijos y no heredan conflictos no resueltos de los padres.
Hay que ser bien valiente para iluminar la propia vida y la de los hijos.
En el parque de La Unión. Primer día de levantar el velo, de dejar la mentira y hacerle frente a la verdad.
Primer día en el que me despertaba de un (mal) sueño que duró 6 años.
Primer día en que volvíamos a ser sólo 2... Mi hijo Ignacio y yo.
Primer día en que me liberaba (por segunda vez en mi vida) del maltrato y la violencia. ¡Se acabaron las violencias! ¡Por fin era libre! Y esta vez para siempre.
Ya no quería cargar más la tremenda piedra, quería estar liviana, libre de abusos, de la niña hambrienta que aceptaba cualquier pedazo miserable de carne ofrecido. Decidí hacerle frente al engaño en el que vivía, a las mentiras, a las infidelidades de un lobo con piel de oveja.
Un día me decidí a dejar esa vida y relación tóxica ... aproveché de revisar mi pasado, mi historia, mis sombras, mis heridas … Ya no quería guerrear más.
Lo mejor estaba por venir ... Dos hijas maravillosas a unirse a mi pollito amado... Y mi marido. Mi amante. El que nunca me pierde de vista. El que confía en mis locuras y me celebra todo. Mi hombre, tan amante de mis suspiros que me llena el alma.
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