Un trans gana el certamen de belleza "Miss Greater Derry 2023"

Una mujer nunca hubiera ganado un concurso de belleza estando tan lejos de los estereotipos de belleza que se exigen. Nunca. Jamás.

Un trans gana el certamen de belleza "Miss Greater Derry 2023" y de paso una beca para mujeres.
"Miss Greater Derry” es una competencia incluida en la serie nacional de concursos Miss América y esta es la primera vez en 100 años de Miss América en que una hombre la gana.

Esto es una burla, es reírse de las mujeres en sus caras. A las mujeres nunca se les ha permitido tener ese peso, esa falta de cintura y pecho, ni esos rollos. Los certámenes de belleza han sido siempre el ejemplo de los estereotipos de belleza impuestos a las mujeres. Cuántos casos mediáticos y declaraciones de sufrimiento por la presión a mujeres participantes para mantener el estándar de peso, medidas (90-60-90) e imagen exigidos por las organizaciones de estos eventos y nunca nadie reivindicó los derechos de esas mujeres. Pero bastó que llegara un hombre diciendo que se siente mujer para que le den el premio con ese físico. 

Cuando lo deseable es que el mundo rompa esos cánones de belleza que nos hacen retroceder y asentar aún más los estereotipos de género que intentamos destruir, vemos esta imagen de un hombre performando la feminidad, casi parodiándola (a ver si habrían admitido entre tanta Barbie a una mujer así de gorda) y ganando el concurso.

Pero lo peor no es que gane un señor, demostrando una vez más, que “elles” siempre destacan (y más, entre mujeres, por eso quieren entrar sí o sí en nuestros espacios exclusivos, por demostración de poder o fetichismo).

Lo peor es ver el jolgorio y aplauso con las orejas de estas adolescentes. Es triste ver que ya tienen inoculado el anteponer los deseos de los hombres ante los suyos o creer que ellos valen más que ellas.
Detesto todo lo que está suponiendo volver a colocar a las mujeres y niñas las últimas en la fila. 

Con todo lo que ha costado que las mujeres tengamos derechos, llega una Ideología que se pasa todo por el forro y acabamos aplaudiéndola por muy peligrosa y dañina que sea.

Cuando aún falta tanto para que se escuche nuestra voz, a cualquier señor se le da pantalla, voz y presencia pretendiendo que es un punto a favor del feminismo: si es un señor, NO NOS REPRESENTA.