Sin importar cuál sea la manera que elijamos, el respeto es la base. Golpes, gritos, insultos, humillaciones y malos tratos jamás. Los "buenos hijos" que obedecen a punta de golpes y amenazas lo hacen por MIEDO y no porque hayan interiorizado nada. Pegar a los hijos es el camino fácil.
Podemos criar con cariño, palabras y paciencia. Sin amenazas, sin golpes, ni castigos. Se puede.
Si realmente queremos a nuestros hijos y nos preocupa su salud mental, tenemos que hacerlo.
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