Si hay algo que realmente me carga, es la envidia, la comparación insana, la competencia que sólo habla de inseguridades. Hasta mi cuerpo reacciona, me hace rehuir.
Mi marido tenía esta foto mía en bikini en su Whatsapp. a mí me da lo mismo que la tenga, nunca he tenido rollos con mi cuerpo. En mi vida he estado con kilos de más, con kilos de menos y de verdad no me importa. Mi guatita de embarazada la he amado tanto tanto que me daba igual cuánto crecía.
He tenido 3 hijos, he amamantado por más de 3 años a cada uno de ellos y siempre me he sentido plena en mi cuerpo.
Lo que me sorprende son los comentarios ¡a mi foto!, ¡a mi cuerpo! sin siquiera conocerme ... ¡Ah! Y nada menos que de otras mujeres. Impresionante ... "que si ya no soy madre para andar mostrándome así", "que cuántos años tengo", "que si no tengo un hijo adulto", y bláh, bláh, bláh.
Prefiero no hacer comentarios sobre eso, sólo diré que estoy orgullosa de ser mujer y ser libre de mostrarme tal cual soy y que puedo sacarme las fotos que quiera y cómo quiera. De hecho, en mi muro de Facebook subo las fotos que quiero. Incluso pronto podría compartir una foto donde salgo pilucha que tengo preciosa. Si se me da la gana. Así como escribo lo que se me da la gana. Soy libre, tan libre como quien quiera leerme o verme.
Es aquí y ahora en el que vivo. Mañana no sé. Cambia, todo cambia, dice la canción.
Es aquí y ahora que soy espontánea, libre y loca ... y lo que puedo de cuerda para vivir "nice" en esta sociedad.
No soy responsable de los complejos de nadie.
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