¿Por qué cuando se habla de maternidad y crianza, casi en automático aparece la culpa, el deber, la buena y la mala madre? ¿Por qué se arman bandos entre mujeres? Hay algo que genera culpas, angustias, rabia. En especial ocurre con las madres que no amamantaron, no colecharon, o debieron volver a trabajar sin querer hacerlo dejando a sus hijos en guarderías.
Las que en algún momento de su vida piensan que no consiguieron la maternidad "IDEAL" se sienten atacadas. Sienten que deben defenderse, pero ¿por qué defenderse? ¿Por qué no decir simplemente: “Ok. Genial. Tú pudiste quedarte con tu hijo. Hiciste lo que creíste mejor para tu hijo y para ti y me alegro por eso aunque yo no haya podido o querido hacerlo”?
Supongo que será la culpa que cada una, llegado el momento, tendrá que valorar.
La realidad de todas las madres es distinta. Algunas renuncian al trabajo para quedarse con sus hijos. Pero no es sólo renunciar a un trabajo, hay bastante más detrás. No es tan simple. Otras no pueden dejar de trabajar porque simplemente no comerían ellas ni sus hijos. Entonces, alegrémonos por las madres e hijos que se han librado de la inercia de este sistema defectuoso, y que han dado un pasito más para que todas las demás también puedan hacerlo, porque el éxito de una diada madre/hijo es un éxito para las madres que vendrán.
¡Ojo! Esa maternidad tan especial, tan idealizada es un espejismo que no permite ver la realidad de la maternidad. Por lo que yo he visto, hay muchas mujeres a las que la maternidad les duele y lo callan porque la maternidad ideal es siempre perfecta y color de rosa.
Esto no es una competencia de quién lo hace mejor o peor, pero sólo para dejar de idealizar, existen mujeres que han parido vertical (parto completamente natural sin intervenciones de ningún tipo), están 24/7 en casa, amamantado por más de 2 años, colechado y aún así han generado apegos inseguros con sus hijos. El apego (Teoría del apego: Seguro, Evitativo, Ambivalente y Desorganizado) es un tema mucho más complejo que sólo dar teta o andar con la guagua en brazos. Cada maternidad es distinta, no existe un método perfecto así como tampoco existe la madre perfecta.