Cuando tu hijo te dice "Necesito tu abrazo mamá", tienes que volar y darle miles

Cuando tu hijo te dice "Necesito tu abrazo mamá", tienes que volar y darle miles. En eso estuve.

A veces mis reflexiones las mueven personas que conozco, otras veces algo que leo, otras algo que veo en la calle y otras mis hijos. 

Hoy, en algún momento del día, aparecieron las ganas de escribir que durante esta última semana han estado en reposo. Desaparecí para concentrarme en mi hijo, que por estos días ha estado necesitando de mamá.

Tengo muchas certezas y una de ellas es que la estabilidad no existe... La vida es un tambaleo, pero no por eso vamos a andar por la vida con miedo. En mi caso, a lo que venga trato de ponerle el hombro, pero saber que mi Pollo sufre, me tira al suelo ... Paren el mundo que me quiero bajar...

"Y tan fácil que era todo cuando eran chicos", dicen. Sí, es cierto, pero no podemos evitar que crezcan, que se hagan mayores y vivan la vida...que salgan al mundo.

Van creciendo y algunos padres creen que los van perdiendo, pero no. La seguridad, el amor, la crianza respetuosa, la maternidad amorosa que les dimos hacen que tengan la seguridad que ante cualquier cosa que los aqueje estará mamá y papá para ellos. Y ojo que no estoy hablando de plata, de alcahuetear, de arreglar cachos o blá, blá, blá, lo típico que piensan muchos cuando se habla de hijos (chicos o adultos) que necesitan a los padres. Si alguien cree que tiene "hijos cachos", ese es otro cuento. 

Mi hijo mayor partió de mi lado cuando estuvo listo. Lo amo y amo su libertad. De chiquitito le dije que tenía la libertad para encontrar su camino, su identidad, sus deseos, su lugar... Y yo feliz de reunirnos cada vez que lo deseemos. 

No es cierto eso que dicen que todo funciona mientras son niños y que al crecer los perdemos, constatamos que no es verdad cuando ante lo que sea lo primero es mamá. Mamá da seguridad. 

Él está feliz en Madrid, se ríe, goza, vive, conoce... Veo como se van cumpliendo sus deseos. Y eso es porque es un valiente.

Ay Ignacio... en qué persona te has convertido. Eres un ser humano excepcional, mi amor, eres una maravilla de persona. Me alegro de que estés en el mundo y haber coincidido tan directamente contigo, tan incondicionalmente, por los siglos de los siglos. Tú y yo vamos a estar juntos siempre.

Y no es posible que sea de otra manera, porque a lo que se quiere, se le escucha, y se le cuida y se le complace y no se le niega la atención y el amor incondicional. 

Te amo infinitas veces infinito.

¡Cuánta vida ha pasado desde esta foto! 

¿Quién te sostiene al empezar? ¿A los brazos de quién te lanzas confiado que te va a agarrar? 

Tanto que hablamos del amor y de lo verdaderamente importante. El amor era esto, Ignacio. Todo lo demás, un cuento.

Creciste y lo conociste en sus distintas formas. Ahora aprendiste que a veces duele, pero hijo mío, odio que te haya tocado tan duro. Aunque siendo tú, generoso y lleno de amor tenías que ser quien conociera a la joven mujer que más felicidad y amor necesitara ... Eres un valiente y te admiro.