viernes, 22 de enero de 2016

'Mamita, yo no quiero ir al colegio', Diego (11 años) antes de suicidarse. Los niños no deberían ir a ningún sitio obligados.

«Papá, mamá... espero que algún día podáis odiarme un poquito menos. Yo no aguanto ir al colegio y no hay otra manera para no ir», dejó escrito Diego, niño español de 11 años antes de tirarse por la ventana.

http://www.elmundo.es/madrid/2016/01/20/569ea93246163fd12b8b4626.html

¡Qué tristeza! ¡Cuánto dolor! El Bullying, matonaje, acoso escolar es un tema serio. Aunque los centros educacionales, profesores, directores y apoderados la gran mayoría de las veces le resten importancia. Los adultos creen que los niños no tienen problemas reales, que todo es fácil y simple, pero para un niño o adolescente sufrir bullying en su colegio es un gran problema.
Los problemas de los niños son tan importantes o más que los de los adultos, siempre, siempre, siempre hay que escucharlos y manifestarles apoyo.
Los niños no deberían ir a ningún sitio obligados. El sistema educativo hoy en día es un sistema violento en el que se pueden reproducir esas violencias y abusos. La responsabilidad es de los adultos responsables y mientras ellos sigan repitiendo estas burradas nunca se acabará con el acoso.
"Los padres son sobreprotectores",
" Si los niños no aprenden a defenderse.... luego pasa lo que pasa",
"Ahora cualquier problemilla quieren que lo tomemos como acoso escolar y sólo son quejas sin importancia"
"Siempre ha sucedido, no tiene nada de grave."
"No hay que intervenir en los conflictos de los niños, deben resolverlos ellos."
"Mi trabajo es enseñar, no estar pendiente de todo lo que pasa. No soy psicólogo y tengo mucho trabajo con las clases y los informes."
"Los niños son niños."
"Tienen que venir educados de casa."
OJO! Padres, no se puede mirar para otro lado. Si un niño no quiere ir a un sitio sus razones tendrá.




Carta de Diego, niño de 11 años que se suicidó desde un quinto piso.











jueves, 21 de enero de 2016

Lo único que importa.

Puede parecer una tontería, pero estoy segura que si me muriese ahora la gente a la que quiero sabría que la quiero. Y también estoy segurísima que en realidad esto es lo único que importa.



¿Quiénes justifican el maltrato infantil?

"Un par de charchazos corrigen a los cabros de mierda", "Dos o tres palmadas bien dadas en el traste no vienen mal". "A nosotros nos hacían eso en la infancia y no tenemos trauma; los niños de ahora son intocables: les dices algo y terminan hasta con psicólogo".

¡Pfff! No sé qué es peor: estas palabras de personas con títulos universitarios, profesionales que trabajan con niños y que muestran una sorprendente e irresponsable ignorancia en psicología infantil, o las palabras de padres que lo justifican para seguir maltratando a sus hijos.

A los profesionales que necesitan con urgencia actualizarse para no seguir naturalizando la violencia y a los padres justificadores del maltrato infantil, les haría bien leer el libro "Por Tu Propio Bien", de Alice Miller. Entenderían que la mayor secuela que deja el trauma del maltrato es, justamente, justificarlo y repetirlo

A abrir los ojos. Y a estudiar de nuevo si es necesario, hoy en día no hay excusas para seguir hablando desde la ignorancia.

Aunque si considera correcto corregir a charchazos a los "cabros de mierda" y que la gente "grave" es la que desaprueba el abuso y la violencia infantil, probablemente sus padres se equivocaron con usted, y sus abuelos con sus padres.

Esperemos que por justificar a sus padres, no se equivoque con sus hijos...Esperemos que no sea demasiado tarde.








domingo, 17 de enero de 2016

Las consecuencias del exceso de Cortisol (hormona del estrés) en el cerebro infantil.

Un interesante video que muestra como el cortisol (hormona del estrés) en bebés y niños tiene consecuencias en la estructura de su cerebro y su futura salud mental.


Claramente se ve la diferencia en el cerebro de niños normales, acariciados, besados, abrazados por sus padres y el cerebro de los niños huérfanos rumanos que sólo recibieron ropa y comida.

Por eso es crucial que las guaguas y niños no sufran estrés. Ellos no pueden deshacerse por sí mismos del estrés (hormona cortisol), sino que necesitan que otros los calmen. Las figuras de apego central son quienes devuelven al niño su estado de calma. Somos los adultos los que podemos comprar un chocolate, tomar una copa de vino, conversar, desahogarnos con amigos o practicar yoga para calmar nuestras tensiones. 
 Los pequeños no pueden hacerlo solos. 

Por ejemplo, en la sala cuna o jardines infantiles, es muy común que mientras dos o más bebés lloran al mismo tiempo, sean pocos los atendidos y el resto deba esperar. Se acostumbran a no ser escuchados, a no ser mirados, a no ser atendidos. Es decir, deben resignarse al estrés, a vivirlo y muchas veces dormirse, insatisfechos y cansados.










¡Qué bueno que se acostumbren a los brazos! “El concepto de continuum”


¡Qué bueno que se acostumbren a los brazos! Si el bebé llora cuando se aleja de ti, sobre todo por la noche, es porque es muy inteligente, sabe donde le es más seguro estar. 

Sobre “El concepto de continuum”.

“Durante los dos años y medio que pasé en la selva de Sudamérica junto a indígenas de la Edad de Piedra (cultura yequona), pude darme perfecta cuenta de que nuestra naturaleza humana no tiene mucho que ver con lo que nos han hecho creer. […] Los bebés cuyas necesidades continuum han sido satisfechas desde el principio a través de la experiencia en brazos (permanecer constantemente en brazos o pegado al cuerpo de otra persona independientemente de la actividad que esa personarealice: recolectar, dormir, bailar, etc …) desarrollan una gran autoestima y son mucho más independientes que aquéllos a los que se les ha dejado llorar solos por miedo a que se vuelvan unos mimosos o demasiado dependientes. Cuando los bebés estaban en brazos, rara vez lloraban; nunca gritaban y, lo que es más fascinante, no agitaban las manos ni pataleaban ni movían la cabeza; tampoco arqueaban la espalda ni retorcían los pies o las manos, tal y como vemos con frecuencia en nuestros niños. Se mantenían tranquilamente sentados sobre los hombros o bien se quedaban traspuestos sobre la cadera de alguien, lo cual desconfirma el mito de que los bebés tienen que ir flexionados para hacer ejercicio. Tampoco echaban buches, a no ser que estuvieran realmente enfermos, y no tenían cólicos. Cuando durante los primeros meses les atraía algo, se arrastraban por el suelo, andaban a gatas y luego caminaban sin esperar a que alguien viniera a por ellos, sino que ellos mismos iban hacia sus madres o cuidadores buscando la confianza necesaria antes de retomar sus actividades exploratorias. Sin lo que conocemos como supervisión, incluso los más pequeños rara vez resultaban heridos de alguna manera.
[…] La persona que lleva al bebé (que normalmente es la madre durante los primeros meses y luego algún/a niño/a de entre 8 y 12 años) está construyendo un propósito fundacional que va a resultar útil en posteriores experiencias. El bebé participa de manera pasiva en las actividades de la persona que lo carga: correr, caminar, reír, hablar, cantar, trabajar y jugar. El tipo de actividad, el ritmo al que se produce, las inflexiones de la lengua utilizada, la variedad de señales observadas, los cambios de luz del día y la noche, los cambios de temperatura, la humedad, la sequedad, los sonidos de su familia, la vida tribal... Todos estos elementos constituyen la base de su participación de modo activo en su entorno, hecho éste que va a comenzar a los seis u ocho meses, cuando comienza a arrastrarse, luego a gatear y más tarde a caminar. Dado que existe esta necesidad del niño por disfrutar de este tipo de experiencia prematura, se requiere que aloje en su ser esta visión panorámica de la vida en la que va a entrar. También es importante que los cuidadores no se limiten simplemente a sentarse y echar un ojo, ni que se pongan a preguntarse qué necesitará el niño, sino más bien tener una vida activa ellos mismos”. 



Jean Liedloff, “El concepto de continuum”.




sábado, 16 de enero de 2016

Loca desquiciá. Cosas que importan (léase con ironía)

¿Y si escribo poto también me denuncian a Mr. Facebook? Tanta tontera que se ve en facebook y a mí me denuncian porque mi última publicación decía chucha ... ¡CHUCHA! verdad que no puedo decir chucha. 
Pero y si digo tchutcha, ¿está mejor? ... Este 2016 estoy más loca desquicía que nunca... ¡Quiéranme! 





lunes, 11 de enero de 2016

Cuando comienzas a quererte y a respetarte, no puedes seguir queriendo a tu verdugo. CORTITA

Cuando comienzas a quererte y a respetarte, no puedes seguir queriendo a tu verdugo. 



Ningún hijo debería abandonar este mundo antes que su madre.

No creo que pueda existir un dolor más grande que perder a un hijo.
Ningún hijo debería abandonar este mundo antes que su madre.
Vuelan mis abrazos a esas mujeres que siguen adelante pese a ese tremendo dolor.


domingo, 3 de enero de 2016

La verdad libera...

¡Cómo nos aliviamos los seres humanos cuando nos vamos encontrando con nuestras verdades!
La verdad aunque duela, orienta, dice, estructura.