martes, 7 de abril de 2015

El cerebro y la salud de nuestros hijos en nuestras manos.

Amo mi profesión, por eso es que no me canso de promocionar la crianza respetuosa y los buenos tratos hacia la infancia, y la prevención es la clave. Hay que parar la violencia, los abusos, el maltrato, la negligencia paterna ...y para eso hay que atacar el trauma infantil de frente. Existe bastante evidencia científica que demuestra que somos los padres los arquitectos del cerebro de nuestros hijos.
Los traumas infantiles no son algo que se puede superar con sólo crecer. La pediatra Nadine Burke Harris explica que el estrés constante causado por el abuso, el maltrato, el abandono y los padres que sufren de una enfermedad mental o son drogodependientes, tienen efectos reales y tangibles en un cerebro en desarrollo. Esto es algo que se arrastra durante toda la vida, hasta el punto de que, por ejemplo, quienes han experimentado altos niveles de trauma tienen tres veces más riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y cáncer de pulmón.

Dejo un video de sólo 15 minutos, ojalá todos los M(P)adres pudieran verlo.
A continuación algunos pasajes importantes.

"A mediados de los años 90 el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) y Kaiser Permanente descubrieron una situación de riesgo que era drásticamente responsable de 7 de cada 10 causas principales de muerte en Estados Unidos.
En dosis altas, afecta al desarrollo del cerebro,al sistema inmunológico, al sistema endocrino, e incluso la forma de leer y replicarse de nuestro ADN.
Las personas expuestas a dosis muy altas tienen 3 veces más probabilidades de morir de enfermedades del corazón y cáncer de pulmón y su esperanza de vida se reduce 20 años.
Y, sin embargo, los médicos hoy en día no están preparados para su detección rutinaria o el tratamiento de la misma.
La situación a la que me refiero no es un pesticida o un producto químico envasado sino el TRAUMA INFANTIL."
"Hoy en día entendemos más que nunca que estar expuesto a la adversidad a una edad tan temprana afecta el desarrollo del cerebro y el cuerpo de los niños. Afecta áreas como el núcleo accumbens, el centro del placer y recompensa  en el cerebro,el mismo que está involucrado en la drogodependencia. Inhibe la corteza prefrontal que interviene en el control de  los impulsos y la función ejecutiva, un área crucial para el aprendizaje. Y, en una resonancia magnética, se pueden ver cambios significativos en la amígdala, el centro de respuesta al miedo del cerebro.
Por lo tanto, hay razones neurológicas reales del por qué la gente expuesta a altas dosis de adversidad es más propensa a involucrarse en comportamientos de alto riesgo, y es importante saberlo. Pero es que incluso si no adoptan un comportamientos de alto riesgo, aún quedan más propensos a desarrollar enfermedades del corazón o cáncer.
La razón tiene que ver con el eje hipotalámico hipofisario adrenal, el sistema corporal y cerebral de respuesta al estrés que gobierna nuestra respuesta de lucha o huida."
"Los niños son especialmente sensibles a esta activación repetitiva por el estrés, porque su cerebro y el cuerpo todavía se están desarrollando.
Las dosis altas de la adversidad no solo afectan a la estructura y a las funciones del cerebro, sino también al sistema inmunológico en desarrollo, el sistema hormonal en desarrollo, e incluso la forma en que se lee y se transcribe nuestro ADN."





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