Las ventajas de los varones en los deportes están demostradas: el puñetazo de un boxeador es un 160% más potente que el de una boxeadora, por ejemplo. Ya un hombre auto identificado mujer le partió el cráneo a una mujer en una competencia. Es un hecho que los hombres tienen ventajas competitivas frente a las mujeres. Por algo existen las categorías deportivas, no se diseñan para equiparar talentos individuales, sino para garantizar justicia competitiva.
Últimamente las mujeres deportistas profesionales se están negando a competir con hombres identificados mujeres trans. Y es porque se aburrieron de que hombres que estuvieron años compitiendo en la categoría masculina, sin ganar nada, un día se auto identifiquen mujeres trans (no se cortan los huevos ni nada, sólo dicen sentirse mujeres) batan todos los récords en deporte femenino.
A octubre de 2024, más de 600 atletas mujeres habían perdido más de 890 medallas frente a competidores trans.
Las categorías deportivas femeninas no son la vía de éxito para varones mediocres y tramposos.
El mejor ejemplo es Lia Thomas, hombre que compite desde los 5 años en categoría masculina, participando en el equipo masculino de natación de la Universidad de Pennsylvania y que al transicionar saltó al equipo femenino, ganando diversas competencias, rompiendo récords y pasando del ranking #462 de hombres al #1 de mujeres.
En la segunda foto, Alana McLaughlin, un exmilitar del Ejército de USA que se auto percibe mujer trans y compite en la MMA femenina.
Ser mujer no es un deseo, no es un sentimiento, no es una identidad, no es una elección, no es una performance, no es una parafilia y no se trata de “parecer una”.
Se respeta la transexualidad, la disforia existe. Lo que no existe son mujeres XY.
Sólo existen dos sexos.