Ojo crítico ante las teorías new age, karmas y demás tonterías. Es muy fácil vender sentido común y chivas.
Acabo de leer que la semana pasada murió de cáncer un conocido personaje en Chile. "Murió el guerrero", leí por ahí.
Producto de esa noticia llegué a la de un tal doctor Soto, quien decía por televisión que "el cáncer es el resultado de una vida llena de odio y maldad" y que "los niños sufren dicha enfermedad por ser espejos de sus padres".
Es decir, "Si tienes cáncer es porque eres mala persona. Por acumular rabia y odio". En definitiva, "sufres porque te lo mereces". Y así, de la nada, este especialista multiplicaba la culpa y el dolor de los enfermos de cáncer de un paraguazo.
Hay familiares y gente enferma de cáncer que realmente se cree todo esto, y cuando la religión está de por medio, es muchísimo peor.
Ya saben cómo funciona la religión: "Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa", y de eso al: "Castigo divino", "fruto del pecado", "Tienes que orar para que con el perdón de los pecados te sanes", hay un paso.
Cuando alguien hace alguna generalización tipo "kármica" pienso en las personas que han perdido a un familiar en un accidente que no provocaron ellos, por una enfermedad no buscada, asesinada a manos de alguien, sin mediar provocación, destrozado por una bomba que le cayó mientras estaba tranquilamente en su casa, en la calle o en su colegio. No siempre somos responsables de cada cosa que nos ocurre.
En serio, hay que filtrar los mensajes del tipo "me merezco todo lo malo que me pasa", "es un castigo" y los mensajes "buenistas", ídem. Esos que dicen que "sólo con querer ya puedes conseguirlo". Lamentablemente no es así, todo es mucho más complejo. A veces no se puede nomás. Y ni con toda la meditación (aunque ayude) ni con todas las flores de Bach ni con mensajitos repetitivos tipo Louise Hay se puede superar.
Hay personas que tienen herramientas para sobrellevar esta situación, pero no todos la tienen ni tienen por qué sentirse positivos ni deberían sentirse con la obligación de esconder sus episodios de tristeza, desesperación y depresión que es algo que también forma parte de esta enfermedad. Para un enfermo sentirse culpable y responsable de una enfermedad sobre la que no tiene ningún control es un peso, se derrumba y se deprime.
Veo personas que transitan por estados depresivos profundos, personas que prefieren no aceptar que están enfermas porque la depresión es de los débiles, porque la gente fuerte "elige" ser feliz y no pierde el tiempo complicándose la vida con angustias. Vidas sin contratiempos no existen en ningún lado de la tierra y es utópico pretender no tenerlos nunca.
De hecho, es cada vez más normal leer que Fulanito (personaje famoso) ha declarado públicamente que mientras posteaba felicidad plena en sus redes sociales sufría en silencio severos cuadros depresivos.
Con la gente con cáncer pasa igual, no puede evitar sentirse como se siente. Su cuerpo perdió la homeostasis y no funciona bien. Da lo mismo lo hermosa que es su familia, el día bonito, lo terrible que pueda ser la vida de otros. La gente con cáncer necesita ayuda y acompañamiento. Muchas veces la resignificación de su propia historia ayuda muchísimo. A veces el permitirse caer y activar las redes de apoyo, el permitirse ser sostenido y reconciliarse con su lado vulnerable es lo que ayuda en parte a sanar. Aunque a veces tampoco alcanza sólo con eso.
Cuando se le dice a alguien que está enfermo (de cáncer, depresión, enfermedad psicosomática, lo que sea): "¡Ánimo! Mira a tu alrededor. Tienes todo lo que necesitas. Sal y disfruta del hermoso día", no se ayuda. Una persona enferma a veces no puede ver lo bueno en su vida, aunque sienta amor profundo por sus padres, hijos, pareja, amigos, la vista se nubla y no es un asunto de voluntad.
Por eso, si de verdad se quiere ayudar, hay que acompañar, cuidar, sostener. No presionar con el majadero "sé que saldrás adelante", "eres un luchador, un guerrero", "eres fuerte, ganarás esta batalla" (aunque sea con la mejor intención), suena a desligarse del apoyo que debería ofrecerse. Además, ¿de qué batalla hablan? Estar enfermo ya es difícil, muy difícil. Y hay quienes ni siquiera pueden recibir quimioterapia porque no hay nada que hacer. Entonces, ¿luchar contra qué? ¿Guerrero ante qué? ¿Positivismo para qué? Tanto positivismo puede llegar a ser ofensivo para algunos enfermos. Es más, hay enfermos que cuando le dan un diagnóstico de recaída, de metástasis y se han asumido guerreros y vencedores, se derrumban y se deprimen de una manera terrible.
La imposición a estar y mostrarse bien es un total irrespeto. Espero que con el tiempo se avance y se aprenda a respetar los espacios de cada quien y sus procesos.
La gente es increíble. He escuchado cosas como "esa enfermedad la heredó de parte de la familia del papá o de la mamá", les encanta buscar culpables. La culpabilización y el positivismo que a veces hiere, es una carga sobre personas que simplemente no pueden más.
Promover una vida consciente se agradece, es sentido común bien intencionado, pero la falta de rigurosidad y diálogo profesional puede llevar a lo que en salud se llama iatrogénico: una intervención que pretende ayudar, pero daña. Banalizar el bien puede ser un mal.
Ser positivo y optimista, en principio, es algo que suena muy bien ya que está comprobado que nuestra actitud y la manera con la que enfrentamos la vida influye en nuestra salud. Mejor que ser una persona negativa y pesimista, que sólo ve el lado malo de las cosas. Pero como hoy se vive mucho de las apariencias, al final se puede volver algo en contra: hablo de ese cuento impuesto por el que la vida hay que verla de color de rosa sí o sí. Entonces es cuando aparecen esas ideas mágicas "deséalo con todas tus fuerzas y se hará realidad" y otras cosas peligrosas y sin base, que abren la veda al pensamiento místico y las pseudociencias.
Si bien es cierto que los factores emocionales influyen en las enfermedades. Que nuestro estado anímico puede deteriorar o beneficiar nuestra salud, nada está determinado porque la interacción es complejísima. Hay muchos factores que influyen, hay factores fuera de nuestro control. Es algo tan complejo que no se puede simplificar en "emociones que provocan cáncer", que es lo que dice este doctor. Eso es una irresponsabilidad tremenda.
Por supuesto que es positivo promover cierto tipo de actitudes para mejorar la calidad de vida de las personas enfermas, lo que no está bien es la promoción de una idea simplista que sin duda vende mucho: "querer es poder". Vender la autosuperación hasta de enfermedades como el cáncer, con promesas incumplibles, es burlarse de la esperanza de las personas más vulnerables. Es perverso. Tan nocivo como la idea, muy en boga, de "decretar" deseos para que se cumplan; lo único que se logra, en ambos casos, es frustración y culpabilidad.
No todo es una cuestión de actitud o de querer, si eso fuera tan fácil, todo el mundo elegiría ser sano, exitoso, rico y feliz y lo conseguiría.
No siempre se puede mantener el optimismo. A veces necesitamos que nos sostengan mientras avanzamos, sin apurar.
PD: Por cierto, el Doctor Soto ya no está en el programa matinal. Lo sacaron después que el consejo nacional de televisión recibiera denuncias del público y de profesionales de la salud (oncólogos, psiquiatras, psicólogos etc.).