Tanto que escucho hablar estos días de los niños buenos, de los angelitos, de los que se portan bien. Claro, es navidad, y si se portan mal el Viejito Pascuero, Santa Claus no les traerá regalos. Las amenazas centradas en los regalos son chantajes. Estos chantajes orientan al niño a funcionar basándose en conseguir premios y evitar castigos, aprendizaje nada sano y auténtico.
Por otro lado, los niños no son ángeles, no vienen del cielo, ni son regalos para los padres. Me carga la analogía del niño con el ángel.Los niños son tan humanos como nosotros, los adultos. Son personas y sienten. Sienten una gran variedad de emociones. Las llamadas emociones negativas no lo son. Son sólo emociones. Sienten pena, rabia, enojo, desgano, aburrimiento, en especial aburrimiento estos días que los llevan horas y horas de un lado para otro a hacer compras, los llevan a lugares tediosos y es obvio que se cansen. Las emociones de los niños a mucha gente le molestan. Las encuentran inadecuadas. Pero los niños sienten y lo expresan como pueden. Son niños, se comportan como niños. Pero los adultos, ¿cómo se comportan?
Cuidado con los chantajes emocionales, sus cerebros son chiquititos, por tanto, inmaduros y aprenden gracias a sus padres. Sus padres deben enseñarles de manera amorosa y con palabras. Ellos van madurando, mientras nosotros les vamos hablando y no amenazando o chantajeando. Después dicen que los niños son los manipuladores.