"Tienes que ser fuerte". "La vida es bella y sólo tienes que agradecer. Así que para de sufrir", "Sonríe mientras todos estén tristes", onda Jappening con Ja. "No estés triste o mira al sol, él siempre brilla aunque esté solo". ¿Los creadores de esa frasecita cacharán que el sol es una bola de gases a chorrocientos mil grados sin sentimientos ni emociones?.
A veces salir del hoyo es mucho más difícil de lo que cuenta Coelho.
Las personas se ponen tristes por diferentes motivos: problemas, duelos, enfermedades, separaciones, algo que salió mal, depresión, etc. No se es cobarde por estar triste, por sentir dolor o llorar. Es válido sentir todo tipo de emociones. No hay emociones malas, la ira, el enojo, la tristeza, la rabia también son emociones. Debemos aprender a identificarlas, a no temerles ni a reprimirlas, así sabremos qué está pasándonos. Qué nos están mostrando. Ese es el camino al autoconocimiento, a la autonomía, a la libertad y al estado general de salud y felicidad, aunque tengamos momentos adversos.
Se pueden tener las mejores intenciones, pero nadie puede andar aconsejando o pretender que siempre se esté forzosamente bien, con un eterno semblante feliz. No faltan quienes critican y no les parece bien que alguien ande con la "cara larga" o con "la cara de culo" como acabo de leer por ahí. Es que hoy no falta la policía para todo, andan patrullando las faltas de ortografía, los garabatos, las fotos.Todo. La idea es encontrarle la quinta pata al gato.
Para muchas personas el "estar bien" es sentido como un imposición, y es por eso que andan por la vida con su cara de "póker", para no sentirse enjuiciados. "Es que si te ven triste nadie te querrá". Entonces, mejor aparentar e irse directo a la negación, a la represión emocional. No, eso es un error.
Claro que la vida es bella, pero cuando alguien sufre no se le puede invalidar su emoción, incluso si es sufrimiento. La mejor manera de ayudar es haciendo que el otro se sienta escuchado, mirado, acompañado, comprendido,
Todos somos seres humanos vulnerables con derecho a estar mal, a fallar y a necesitar cariño y cuidados. En vez de exigir "la cara llena de risa" lo mejor es ofrecer apoyo.