miércoles, 10 de agosto de 2016

Relaciones tóxicas.

Estamos muy equivocados al pensar que la violencia de género o intrafamiliar sólo son las mujeres muertas que aparecen en las noticias o las que acaban hospitalizadas de una golpiza. La verdad es que muchas veces los maltratadores no pegan porque no les hace falta. La violencia de género es una violencia de control, de poder, el objetivo es romper la capacidad de decisión de la víctima, dejarla sin voluntad para que nunca salga de esa relación.
A las mujeres agredidas les cuesta ser conscientes que viven en una relación tóxica, defienden a sus maltratadores y se autoinculpan. Las lesiones psicológicas suelen ser más graves que las físicas.
Y flaco favor hace esta sociedad (empezando por la familia) que siempre se las arregla para encontrar la manera de culpar a las víctimas.
Por eso es tan necesario el encuentro "terapéutico" con una amiga, amigo, pareja, terapeuta, con quien quieran. No podemos decir a otra mujer, o a cualquier otra persona, cuándo está siendo libre o cuándo no. Sólo uno mismo puede ejercer la propia libertad. Lo que podemos hacer es acompañar, escuchar, dar información, decir que el buen amor cura, repara, no hace daño.







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