Hoy me dijeron que mi hija pequeña, Abril, está muy mimada. Y lejos de parecerme un reproche me parece una maravilla.
¡Qué suerte estar mimada por tu Madre! Mimar a los hijos no es no educarlos o dejar que hagan lo que quieran. Es atenderlos en su llanto y sus necesidades, siempre que lo requieran. Siempre.
Y es que mi Abril tiene 3 años y cuando siente que algo va mal, siente pena o llora ella viene a mí, que soy su mamá. Y ella sabe que en su mamá todos los problemas, por inmensos que sean, tienen solución. Y saberse así, protegida, querida y atendida, es la mejor manera de convertirte en un adulto seguro e independiente. Mi hijo mayor, Ignacio, fue criado de la misma manera y a los 20 años se fue a vivir y a estudiar solo a otro país, y siempre he tenido total y absoluta confianza en él para todo. Y sé que esa confianza es recíproca.
Ojalá mis hijas siempre acudan a mí para que yo trate de resolver sus tristezas.
domingo, 10 de enero de 2021
Mimar a los hijos es atenderlos en su llanto y sus necesidades
viernes, 8 de enero de 2021
Cerebro niño sano vs. cerebro niño abandonado
¿Cuál es la diferencia entre el cerebro de la derecha y el de la izquierda? ambos pertenecen a niños de 3 años, la diferencia radica en cómo fueron tratados por sus padres. El cerebro de la izquierda es más grande y está mejor desarrollado y pertenece a un niño que fue plenamente atendido por su madre, quien se mostraba atenta a cumplir las necesidades del bebé. Mientras que el cerebro de la derecho corresponde al de un niño abandonado y abusado.
Mucho del crecimiento cerebral y neuronal del bebé se ve afectado por el ambiente en que se desenvuelve y qué estímulos recibe, esto tendrá un profundo impacto en cómo será el cerebro del individuo adulto, lo que por ende tendrá un impacto social trascendente.
miércoles, 6 de enero de 2021
Feliz año nuevo a todos y a celebrar que hemos sobrevivido al 2020
En general, parece que este año 2020 ha sido un año horrible para todo el mundo, pero no sólo por la pandemia.
Este año vi a personas y con pesar digo esto, renunciar a su dignidad para mantener las apariencias. Personas fuertes, que en su vida superaron dolor y hasta hambre, ceder ante un chupasangre a tal punto que terminaron de rodillas. Eligieron mentirse, autoengañarse. Mentir y arremeter contra quienes se preocuparon por ellas por intentar mantener un "cuento de hadas" que sólo existe en su imaginación. Personas independientes, resueltas volverse un espejismo de lo que fueron por satisfacer deseos ajenos. Justificando lo injustificable a cambio del beso deshonesto.
Yo lo digo muy en serio, a mí quien de verdad me quiera, por favor háblame siempre con la verdad y si alguna vez caigo en patéticos autoengaños, háganmelo saber. No me haré la ofendida o intentaré matar al mensajero. Prefiero una verdad dolorosa a una mentira edulcorada.
Sé que cuando alguien se miente a sí mismo es para reconfortarse y reducir la disonancia cognitiva. Por autoprotección, por vergüenza, por presión del entorno, por no querer parecer menos, como defensa, filtros de nuestra percepción para sentirnos mejor con algo hecho por nosotros, para autoconvencernos de que algo doloroso no es así. Es por eso que estas personas al verse descubiertas alejan a quienes descubren sus engaños y las enfrentan con la verdad. Las sacan de sus vidas acusándolas o inventándoles algo que no hicieron para no romper el statu quo y así mantener en pie su entramado de mentiras, sin importar que sean las únicas personas que se preocupan por ellas.
Es cierto que mentir a veces no es algo tan horrible, pueden ser tonteras sin importancia. Pero en ocasiones sí tiene consecuencias, cuando se miente por hacer daño al otro por intereses personales y más si esa mentira involucra a niños (los niños no se tocan). Cuando esas mentiras se vuelven patológicas.
Me alegraré el día que decidan quitarse la venda de los ojos, cuando sean libres de mentiras y de esa ridícula obsesión por copiar vidas ajenas. Pero por autocuidado lo más sano es desearle lo mejor desde muy lejos porque a pesar de que este año ha tenido cosas malas también ha habido cosas buenas y prefiero enfocarme en ellas.
Es el último día del año y estoy pasándolo con mi marido y mis hijas, desearía haberlo pasado con todos mis hijos, pero hablar con mi hijo Ignacio todos los días me ayuda a sentirlo más cerca.
Que el año que está por comenzar sea mejor que éste no creo que vaya a ser muy difícil y si pudiera desearle algo a quien me conoce sería:
No te olvides de ti. Esa tendencia a escaparte como protección y como única salida no solucionará nada. Es cierto que a veces no hay medios o buenas personas cerca. Pero otras, sin darte cuenta, escaparás de su compañía y apoyo. No contarás lo que necesitas para no mostrar debilidad. No dirás que necesitas ayuda, y en realidad la necesitas, como todos.
Mereces apoyo. Mereces escucha. Mereces placer y cosas buenas. Que te quieran bien y para eso debes empezar por respetarte a ti mismo.
Respetarte a ti mismo es cuidar de ti, tratarte con cariño, poner límites y hacerte valorar por los demás, rodearte de personas que te aprecien, tomar decisiones velando por tu bienestar y seguridad, confiar en tu capacidad de mejora, ser compasivo con tus errores y defectos, apreciar y valorar lo bueno que hay en ti y dejar de compararte o querer lo que tienen los demás, intentar aquello que es importante para ti y no para los otros, decir no cuando así lo sientes sin sentirte culpable, expresar tu opinión, invertir en relaciones sanas, pedir ayuda cuando lo necesites.
PD: Despido este año con una foto de un día que disfruté muchísimo. Ya saben cuánto disfruto del sol y estar al aire libre.
Feliz año nuevo a todos y a celebrar que hemos sobrevivido al 2020