Los niños chicos lloran cuando necesitan algo (hambre, sed, frío, calor, sueño, cansancio); también lloran cuando se sienten solos, tristes o tienen miedo.
Generalmente a las primeras necesidades los padres no dudan en prestarles atención. Frente a las segundas necesidades muchos dicen: "está manipulando", "es demasiado regalón".
Puede que para el adulto que aprendió a no pedir amor sean tonteras sin importancia esas necesidades, pero para el niño son muy importantes.
No hay que dejar llorar a los hijos solos sin consuelo, nadie pide lo que no necesita.