Leo un texto que circula en facebook acerca de las "Obligaciones" de los profesores. Dice que ellos SÓLO están para enseñar a los alumnos Matemáticas, Química, Historia, etc. y en sus casas deben aprender todo lo demás. Es decir, para los profesores el aprendizaje académico está sobre el aprendizaje emocional. ¡MAL! Somos una sociedad moldeada que cree que el rendimiento académico, sacar buenas notas y repetir como loros es sinónimo de inteligencia, sin pensar en lo que realmente necesitan los niños.
Un buen profesor puede hacer la diferencia en la vida de un niño o adolescente. Un adulto emocionalmente disponible, empático, respetuoso, preocupado por las emociones y sentimientos de sus alumnos puede ser un tutor de la resiliencia, puede ayudar a reparar o a crear vínculos que en sus casas no existen. Recordemos que en los establecimientos educacionales es donde más tiempo pasan la gran mayoría de niños y adolescentes actualmente.
A propósito del tema y porque en este último tiempo han estado en paro (huelga) en Chile, recuerdo y busco una carta de una profesora: “Hola, te hago un resumen de cómo veo a Susana: ella tiene muy baja autoestima, es insegura, no tolera la frustración, se enoja fácilmente, tampoco sigue instrucciones. Su socialización es pobre y las notas no la acompañan. Lo más importante es que pueda fortalecer su autoestima y la seguridad en sí misma, ahí es donde se ve más débil”.
Respondo: “Gracias por tu descripción, la tendré presente. Pero debo comentarte que echo de menos el reconocimiento de sus aspectos positivos. Sólo veo el acento en lo deficitario, de esa manera olvidamos precisamente la base para mejorar la seguridad y la autoestima. Espero puedas contarme acerca de las fortalezas que observas en ella, para trabajar también en esta línea, ¿te parece?."
Es necesaria una reforma educacional. Con una hora menos de Inglés, o de Matemáticas, o de la materia que sea. Y esa hora usarla semanalmente para algún taller: "Conocer las emociones" o "Desarrollo Personal". Desde primero básico hasta cuarto medio, son 12 años. Bien distinta sería la salud mental y bienestar de esos futuros adultos.