viernes, 10 de octubre de 2014

Los hijos trofeos.

Usar a los hijos como "chapa" es abuso emocional. Los padres somos adultos, y debemos hacernos cargo de la niña o niño herido que fuimos. Ya somos adultos y cada uno, si lo decide, debe buscar ayuda en otro adulto, pero no en los hijos. Buscar ayuda es necesario para sanar los abusos recibidos en la infancia.

Evitemos usar a los hijos para limpiar imágenes, para mostrar lo que no somos, para disfrutar de quienes no fuimos, para auto engañarnos, eso es abuso.

Intentemos no lucirnos nosotros por los logros académicos de ellos, capaz que lo hagan sólo por recibir miradas. Sentir orgullo es sano y normal, pero no utilizarlos como trofeos.

Cada uno debe hacerse cargo de su cada uno, si es que puede. Y si no, bueno, ya los hijos crecerán, y podrán de la mano de otro adulto que lo ayude, liberarse de la carga que se le impuso.

Nuestros hijos son niños hoy, dejemos que vivan y disfruten su infancia.  Es lo que vale la pena vivir. Lo que nos debe preocupar y no cuántos diplomas tiene. O si es el "Mateo" del curso. O si por fin destronó como número uno a la amiga.

Cuidado. Mucho cuidado, con ocultar los monstruos internos usando sus caritas lindas y puras.

El ser humano es el único mamífero que abandona a sus crías de noche...

Cada familia sabe (se supone) y decide la manera de criar a sus hijos. Pero apuesto mi cabeza que si seguimos nuestros deseos del cuerpo, nuestro instinto y no estamos pendientes de los discursos de los demás, la crianza se nos hará más fácil, y estoy segurísima que nos gustará. 
Que nuestro fin no sea "disciplinar" para el futuro, menos cuando tenemos un bebé o un niño pequeño que está recién creciendo ... que está recién empezando a vivir, y por lo tanto nos necesita. Para TODO, para comer, dormir, etc.
Estoy segura que si nos quedamos un ratito para ayudar a dormir a nuestros hijos lo disfrutaremos.
Aceptemos que somos mamíferos humanos muy dependientes de otros mamíferos humanos, necesitamos compañía de día y de noche. 
Los niños sanos y normales deciden cuándo empezar a dormir solos, no duermen toda la vida junto a los padres. Los padres estamos para acompañar y no para adoctrinar. 
Por otro lado, la infancia, la crianza es tan corta! Nuestros hijos crecen tan rápido. Se me han pasado volando los 20 años desde que nació mi pollo grande, mi Ignacio. La infancia de nuestros hijos corre a pasitos cortos y luego a pasos firmes y largos. 
No perdamos el tiempo en tonteras, en preocupaciones, culpas, inseguridades, y en absurdas ideas en torno a hábitos que se dan finalmente con el simple hecho de vivir en familia, en sociedad.
Disfrutemos, gocemos. De eso se trata el amor. De eso se trata el ser padres. Mientras haya más placer, mejor se desarrolla el cerebro de nuestros hijos y más felices y grandes se ponen los corazoncitos de todos.